Revista Cine

En profundidad: La mula

Publicado el 10 mayo 2013 por Pilarm

La mula

FICHA TÉCNICA:

Dirección: Anónimo (Michael Radford)

Guión: Juan Eslava Galán y Anónimo

Producción: Alejandra Frade, Bruce St. Claire

Fotografía: Ashley Rowe, Ángel Luis Fernández

Montaje: Teresa Font

FICHA ARTÍSTICA:

Juan Castro: Mario Casas

Conchi: María Valverde

El Chato: Secun de la Rosa

Antonio: Chiqui Maya

Amor: Mingo Ruano

Jesús: Ignacio Mateos

Argumento:

Guerra Civil española (1936-1939). El cabo Juan Castro, un joven de Jaén que combate en el bando nacional, encuentra una mula en medio del campo de batalla y decide esconderla para llevársela a casa al final de la guerra.

La mula

La mula es de esas películas que demuestran que si se hacen las cosas con cariño, funcionan, a pesar de los defectos y las adversidades. Y es que el rodaje de esta película fue un suplicio, tanto que su director Michael Radford abandonó el rodaje 4 días antes de su finalización y se negó a firmar la cinta, apareciendo en los créditos como Anónimo.

Sin embargo, esta comedia dramática ambientada en la Guerra Civil, tiene bastante poco que ver con el tipo de películas a las que estamos acostumbrados. Para empezar, nuestros protagonistas son del bando nacional, cosa bastante inusual, y están presentados como lo que eran muchos de ellos, gente normal a la que le tocó unirse a una causa, de la que no sabían muy bien qué esperar. Su mayor acierto desde este punto de vista es que la guerra sólo supone el marco para una historia que no tiene demasiado que ver, ambos bandos están presentados de igual manera y con igual cariño, y no se mete demasiado en cuestiones políticas porque lo que importa es el “romance” entre el cabo y su mula, una fábula que nos recuerda a películas como La Vaquilla u obras literarias como Platero y yo, en el que el animal representa todo lo bueno que hay en los hombres en momentos en los que es difícil de encontrar en estos.

La mula

El montaje y el desarrollo del resto de subtramas, el romance con María Valverde, la amistad del cabo con el alférez que se quiere cambiar de bando y alguna más, es bastante torpe, todas van perdiendo fuerza a medida que avanza la historia para cerrarse de formas algo forzadas y faltas de drama, sin embargo, la trama central tiene suficiente fuerza para cubrir las deficiencias de la película, gracias sobretodo a la actuación de un Mario Casas en su mejor trabajo hasta la fecha, de lejos.


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