En profundidad: La oportunidad de mi vida

FICHA TÉCNICA:

Dirección: Nicolas Cuche

Guión: Luc Bossi, Laurent Turner

Producción: Olivier Delbosc, Eric Jehelmann, Marc Missonier

Fotografía: José Gérel

Montaje: Valérie Deseine

FICHA ARTÍSTICA:

Joanna Sorini: Virginie Efira

Julien Monnier: Françcois-Xavier Demaison

Sophie: Armelle Deutsch

Martin Dupont: Raphael Personnaz

Vincent: Thomas N’Gijol

Philippe Markus: Elie Semoun

François: Francis Perrin

Argumento:

Julien Monnier tiene un grave problema. A pesar de ser un brillante asesor matrimonial, es incapaz de tener una relación que dure más de dos semanas. La razón es simple: desde su más tierna infancia, es un auténtico gafe para las mujeres que se interesan por él.

No hablamos de esos gafes que dan un poquitín de mala suerte, no, lo suyo es a lo grande. Es de los gafes que mandan al hospital, hacen perder el trabajo y los amigos… Julien es lo peor de lo peor para las mujeres.

Joanna Sorini no tarda en darse cuenta cuando sus caminos se cruzan. Las cosas le van de maravilla profesionalmente y por fin parece que su vida amorosa se despierta… pero todo va a cambiar.

Gran cantidad de comedias románticas nos llegan del país vecino en los últimos tiempos. En este caso nos encontramos con un claro ejemplo de cómo el género debe llevarse a cabo.

Nicolas Cuche nos cuenta una historia en la que reflexiona, en clave de humor, sobre la supuesta existencia de la buena y la mala suerte; sobre cómo percibimos las cosas que nos pasan y las asociamos a una u otra dependiendo de las circunstancias que nos rodean en cada momento.

Virginie Efira y François-Xavier Demaison interpretan a Joanna y Julien. Ella trabaja en un estudio de diseño industrial y él es un consultor matrimonial, supuestamente tocado por la mala suerte.

La suerte (buena o mala) es quizás el “personaje” principal de la historia, ya que es en torno a lo que se mueve todo y la que da lugar a todo tipo de situaciones (cómicas, tristes,absurdas,ridículas).

El éxito de esta película radica en el buen uso de los tres pilares principales de cualquier película: un guión sólido, un buen ritmo narrativo (un buen montaje), y un buen reparto. Los elementos clásicos del género se usan sin caer demasiado en los clichés del mismo. El ritmo rapidísimo, pero bien llevado, recuerda mucho a las comedias de los años 60 – incluso en la estética, como en la parte presentada a modo de “fotonovela” o los títulos de crédito usando animación de estilo pop-.

Los protagonistas son creíbles, incluso dentro de sus estereotipos, y son los secundarios con los que el director se ha permitido llevar más al límite sus caracterizaciones para lograr un toque más cómico y grotesco – como el estrambótico director del estudio de diseño o el cirujano amigo de Julien-.

Algo que cabe destacar también es el carácter algo más internacional que de costumbre que tiene esta cinta. Aunque teniendo detalles claramente franceses, se aleja un poco de la personalidad tan acentuada del cine de este país. Algo que, a título personal, diré que noté sobretodo en el uso constante de canciones en inglés -todas ellas con letras que se podían ligar a la historia -, algo totalmente inusual en el cine francés.