FICHA TÉCNICA
Dirección: Bill Condon
Guión: Melissa Rosenberg. Basado en la novela de Stephenie Meyer
Producción: Stephenie Meyer, Wyck Godfrey
Dirección de fotografía: Guillermo Navarro
Diseño de producción: Richard Sherman
Montaje: Virginia Katz
Diseño y supervisión de efectos especiales: John Bruno
Música original: Carter Burwell
Diseño de vestuario: Michael Wilkinson
FICHA ARTÍSTICA
Edward Cullen: Robert Pattinson
Bella Swan: Kristen Stewart
Jacob Black: Taylor Lautner
Charlie Swan: Billy Burke
Dr. Carlisle Cullen: Peter Facinelli
Esme Cullen: Elizabeth Reaser
Rosalie Hale: Nikki Reed
Jasper Hale: Jackson Rathbone
Alice Cullen: Ashley Greene
Sam Uley: Chaske Spencer
Leah Clearwater: Julia Jones
Seth Clearwater: Booboo Stewart
Aro: Michael Sheen
Cayo: Jamie Campbell Bower
Jessica Stanley: Anna Kendrick
Mike Newton: Michael Welch
Jane: Dakota Fanning
Emmet: Kellan Lutz
Argumento:
Bella y Edward, junto con sus seres queridos, tendrán que hacer frente a la cadena de acontecimientos ocasionados por sus elaborados esponsales, su romántica luna de miel y el tumultuoso nacimiento de su primera hija… que trae consigo una imprevista y sorprendente consecuencia para Jacob Black.
¿Cómo se consigue dividir en dos películas un sólo libro? Estirando todo lo que se pueda, y eso es lo que nos encontramos, una cinta con flashbacks, escenas de relleno y escenas que si bien uno no ha leído la novela no va a entender por la simbología cargada que lleva, como la del ajedrez aquí arriba visible -Bella juega con las blancas, el bien, contra las rojas, el mal, para terminar convirtiéndose en la reina blanca que gana el juego, vamos, convertirse en vampiro y luchar contra los villanos, para que nos entendamos más o menos-.
La parte mala es que si nos hemos leído la saga, algunas explicaciones de la película nos sobran, pero claro, hay que hacer algo que todo el mundo pueda comprender y no salga confundido de la sala por algo que haya visto.
Por otro lado, seguimos con las sosas actuaciones -icomprensible cuando ves a Pattinson en otras películas en las que sale mejor parado-, y por supuesto, con dos segundos de concesión antes de que Taylor Lautner se quite la camiseta. El caso es que el reparto sigue sin funcionar. Además de estar tranquilos cuando la situación requiere tensión y viceversa, estar demasiado nerviosos cuando no viene a cuento. Por no nombrar las caras de pánico que tiene Bella en momentos que deberían ser felices para ella. Abundan esos planos.
La estética del film es principalmente oscura, algo que se agradece en determinadas escenas, como la pelea entre hombres lobo y Cullen, que de tan coreografiada que está, es un alivio intuir las figuras moviéndose y peleando. Por otro lado, tenemos partes en las que todo es luz, color y tonos pastel, cursilada al canto y a la que no hacía falta llegar.
En definitiva, si se es fan de la saga, seguirá gustando puesto que sigue la línea de las otras tres anteriores. Si no se es fan, déjenlo. Aunque no se levanten de las butacas hasta el final de los créditos, que viene el aperitivo para la segunda parte.