FICHA TÉCNICA:
Dirección: Ang Lee
Guión: David Magee (basado en la novela de Yann Martel)
Producción: Ang Lee, Gil Netter
Fotografía: Claudio Miranda
Montaje: Tim Squyres
FICHA ARTÍSTICA:
Pi Patel: Suraj Sharma
Pi adulto: Irrfan Khan
Santosh Patel: Adil Hussain
Gita Patel: Tabu
Escritor: Rafe Spall
Cocinero: Gerard Depardieu
Argumento:
Tras un naufragio en medio del océano Pacífico, el joven indio Pi, hijo de un guarda de zoo que viajaba de la India a Canadá, se encuentra en un bote salvavidas con un único superviviente, un tigre de bengala con quien labrará una emocionante, increíble e inesperada relación.
Uno de los estrenos más esperados del año, la nueva producción de Ang Lee, no ha decepcionado en lo más mínimo. Sí, es cierto que puede que no sea una película para todos los públicos, puesto que, a pesar de sus gráficos espectaculares, la narración pausada y el trasfondo filosófico la separan del resto de las películas de puro entretenimiento. Sin embargo, a mí parecer, este es su mayor punto a favor.
Quizás, lo primero que habría que hacer sería aclarar el hecho de que la novela del mismo título en la que está inspirada la película no es un libro de autoayuda al uso, sino que es una especie de fábula en la que se reflexiona sobre la idea de la vida como un viaje con distintas étapas y cómo las circunstancias nos pueden ayudar aunque no lo creamos, así como la religión y sus distintas formas, o la formación de los mitos. Todo esto está plasmado a la perfección en la película en la que nuestro protagonista Pi, nos narra en forma de flashback su experiencia como superviviente de un naufragio, plagada de fantasía, pero con un giro final que es donde se encuentra parte de la moraleja.
Mientras la estética espectacular de la película puede que sea lo que atraiga a los espectadores, puede que sea el ritmo lo que les decepcione. Y es que, aunque tiene sus momentos de acción intensa, Ang Lee pone a prueba la capacidad de atención y concentración del espectador en varios momentos, de forma completamente justificada dentro de la historia: está claro que si te pasas tropecientos días a la deriva en un bote, el tedio también va a formar parte de tu experiencia. Lee quiere que vivamos el viaje físico y espiritual de Pi con él, no que seamos meros expectadores.
Ang Lee se alza, una vez más, como uno de los mejores directores modernos al ser capaz de aunar entretenimiento, contenido, reflexión y estética.