FICHA TÉCNICA
Dirección: William Monahan
Guión: William Monahan, basada en la novela de Ken Bruen
Producción: Graham King, Tim Headington, Quentin Curtis, William Monahan
Coproducción: Ted Suchecki
Producción Ejecutiva: Redmond Morris, Colin Vaines
Dirección de Fotografía: Chris Menges
Diseño de Producción: Martin Childs
Edición: Dody Dorn, Robb Sullivan
Diseño de Vestuario: Odile Dicks-Mireaux
Música: Sergio Pizzorno
FICHA ARTÍSTICA
Mitchell: Colin Farrell
Charlotte: Keira Knightley
Gant: Ray Winstone
Jordan: David Thewlis
Billy: Ben Chaplin
Briony: Anna Friel
Bailey: Eddie Marsan
Chico: Jamie Campbell Bower
Argumento:
Tras salir de la cárcel, Mitchell intenta llevar una nueva vida alejado de la violenta fama que se ha ganado entre sus antiguos colegas de los bajos fondos de Londres. Casualmente, Mitchell entra en contacto con Charlotte, una estrella de cine que vive aislada ante el acoso de los paparazzis, y se convierte en su guardaespaldas, creándose un profundo lazo entre ellos. Pero el pasado de Mitchel vuelve a llamar a su puerta cuando un mafioso llamado Gant pretende que Mitchell vuelva a hacer lo que mejor sabe hacer…
Partimos de la base de que lo que vamos a ver es un thriller de gangsters, y de repente nos encontramos con dos historias. La de gangsters y la de “guardaespaldas/chico para todo” de una actriz recluida. Dos tramas que si bien podrían unirse, no es hasta el final cuando se mezclan y tienen algo más en común que el personaje de Mitchell.
Por otra parte, la química entre Farrell y Knightley es un tanto extraña, es como si no terminaran de pegar del todo, pero sí que es cierto que ella hace un papelón con algo de crítica hacia la industria cinematográfica y a la prensa rosa.
Del resto del reparto, Farrell retoma una buena dirección en su elección de papeles, y por supuesto no podemos olvidar a Ben Chaplin y su Billy, inigualable y a Ray Winstone con un gangster medio loco que hace todo en vez de delegar -esto es lo no creíble del personaje-, tampoco podemos olvidarnos de David Thewlis, con un papel de actor/productor/vete a saber qué y su relación con las drogas.
Todo lo que ocurre es tan normal para los personajes que chirrían los momentos de incoherencia que tiene el protagonista. Un tio que no quiere vivir ni meterse en los rollos de un gangster pero desde el principio acompaña a su amigo a hacer los trapicheos del jefe. Tampoco quiere ser el chico para todo de la actriz y sin embargo, ahí acaba metido en esa casa haciendo tareas.
Ese vaivén en el guión es desconcertante, por no hablar de las subtramas que se empiezan a desarrollar y no se terminan, como la fascinante hermana de Mitchell, que podría haber dado bastante más juego y estar más aprovechada; o la extraña relación que tiene el protagonsita con un vagabundo, que se queda colgando en el aire por falta de credibilidad, aunque ésta se acaba metiendo en el desarrollo principal.
Es salvable que tiene una banda sonora sesentera y adecuada, con mucha potencia para la cinta y que dentro de la dirección, está bien realizada técnicamente, pero creo que todos esperábamos más del debut de William Monahan, que para algo ganó un Oscar por el guión de Infiltrados.