FICHA TÉCNICA:
Dirección: Jonathan Levine
Guión: Jonathan Levine
Producción: David Hoberman, Todd Lieberman
Fotografía: Javier Aguirresarobe
FICHA ARTÍSTICA:
R: Nicholas Hoult
Julie: Teresa Palmer
Grigio: John Malkovich
Perry: Dave Franco
Nora: Analeigh Tipton
Argumento:
R (Nicholas Hoult) es un zombie que vaga perdido, solo y sin rumbo tras una plaga mundial que ha convertido a casi toda la población en muertos vivientes. En una excursión a la ciudad junto con su amigo M (Rob Corddry) para buscar algo fresco que llevarse a la boca, R conoce casualmente a Julie (Teresa Palmer), una joven humana a la que salva de convertirse en el menú del día sin saber muy bien por qué. Poco a poco, y gracias a Julie, el corazón muerto de R comienza a latir de nuevo y vuelve a recordar cómo era estar vivo. Aunque el padre de Julie, el general Grigio (John Malkovich), líder de la resistencia humana, no termina de ver con buenos ojos al nuevo amigo de su hija…
La adolescencia es dura, todos lo sabemos. Y más cuando eres un inadaptado. Pero, para todos hay esperanza, sobretodo si somos capaces de mostrarnos tal y como somos ante las personas a las que queremos atraer. Esto es básicamente lo que nos viene a contar Memorias de un zombie adolescente. Retomando los modos del cine de serie b de los años 50 y 60, aunque con algo más de medios, Jonathan Levine nos presenta esta historia en la que los zombies bien podrían haber sido los nerds del instituto de toda la vida.
A pesar de ser bastante azucarada, lo que es perfectamente normal en una cinta de estas características y teniendo en cuenta el público hacia el que va dirigido, lo cierto es que Memorias de un zombie adolescente tiene bastantes puntos a su favor para hacer de ella una teen favourite, y convertirse en una de esas películas que luego recuerdas con cariño cuando te haces mayor.
Manteniendo un buen ritmo, y una atmósfera post-apocalíptica con aires pop, el mayor acierto de esta película es centrarse en los personajes y dejarse de luchas entre hombres y zombies interminables y que aburrirían hasta a un muerto. Así, en su misión de aparecer ejemplarizante, sabemos de primera mano que los zombies no son malos, sino diferentes, inadaptados. Nicholas Hoult se presenta como un antihéroe entrañable, con sus andares raros y su incapacidad para hablar, pero que nos va guiando mediante su narración en primera persona a través de las diferentes etapas de todo film de adolescentes inadaptados: el primer flechazo -divertidísimo-, la primera conversación, cómo ella se va enamorando a medida que le conoce, el enfrentamiento paterno, la rebelión y el final feliz.
Su corazoncito, su sentido del humor y su falta de pretensiones son las mejores bazas de esta cinta, nada despreciable si eres amante del género adolescente -más que del zombie, la verdad-.