En profundidad: Shame

FICHA TÉCNICA

Dirección: Steve McQueen

Guión: Abi Morgan, Steve McQueen

Producción: Iain Canning, Emile Sherman

Música original: Harry Escott

Fotografía: Sean Bobbitt

Dirección artística: Charlie Kulsziski

Montaje: Joe Walker

FICHA ARTÍSTICA

Brandon: Michael Fassbender

Sissy: Carey Mulligan

David: James Badge Dale

Marianne: Nicole Beharie

Argumento:

Brandon es un hombre de treinta y tantos años que vive en un confortable apartamento en Nueva York. Para evadirse de la monotonía del trabajo, seduce a las mujeres, en una serie de historias sin futuro y encuentros de una noche.

Pero el ritmo metódico y ordenado de su vida se ve alterado por la imprevista llegada de su hermana Sissy, una chica rebelde y problemática. Su presencia explosiva llevará a Brandon a perder el control sobre su propio mundo.

Shame no es una película amable ni para el que se espere un taquillazo, las cosas como son. Es un relato muy íntimo y aunque está en boca de todo el mundo por la polémica de los Oscars y el desnudo de Fassbender, tiene mucho más trasfondo del que parece y hay que estar muy atento a los detalles, puesto que son los que nos dan las claves para entender al personaje de Brandon, y la relación que tiene con los que les rodean, incluyendo una hermana muy atormentada y un jefe bastante golfo.

Aunque hay que reconocer que Fassbender hace un papelón, la que realmente llama la atención es Carey Mulligan. Está absolutamente increíble y su interpretación de New York, New York pone los pelos de punta. Como curiosidad, en esta escena ni Fassbender ni Badge Dale habían escuchado antes cantar a la actriz, por lo que las reacciones son totalmente reales -o eso nos han querido contar-. Es una de las versiones más desgarradoras que podemos oir y desde luego que Mulligan por fin brilla en una película como merece.

Uno de los aspectos a tener en cuenta es la fotografía, llena de matices según el ambiente en el que nos encontremos. Pasando desde tonos azulados en la vida cotidiana, más amarilla cuando estamos con la actuación de Mulligan o ese rojo en uno de los puntos claves de la película, donde realmente se ve el infierno interior que tiene el protagonista.

Si a esto le sumamos una banda sonora estupenda, con esas pieza clásicas muy bien colocadas, como en la secuencia del footing; una dirección que no se complica y un guión plagado de silencios, mucho más reveladores que los diálogos en la mayoría de las ocasiones, tenemos como resultado una cinta llena de dolor y sinceridad -a más de una le dolerá algún comentario sincero del protagonista-, y desde luego, nos deja con ganas de seguirle la pista a McQueen y lo próximo que nos traerá.

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