FICHA TÉCNICA:
Dirección: Andres Veisel
Guión: Andres Veiel
Producción: Thomas Kufus
Fotografía: Judith Kaufmann
Montaje: Hansjörg Weissbrich
FICHA ARTÍSTICA:
Bernward Vesper: August Diehl
Gudrun Ensslin: Lena Lauzemis
Andreas Baader: Alexander Fehling
Will Vesper: Thomas Thieme
Rose Vesper: Imogen Kogge
Helmut Ensslin: Michael Wittenborn
Ilse Ensslin: Susanne Lothar
Argumento:
Alemania, principios de los años sesenta. Bernward Vesper, un escritor en ciernes, intenta probar la inocencia de su padre, el poeta Will Vesper, que fue elevado a los altares por el nazismo. En este contexto, Bernward conoce a una chica llamada Gudrun. Los dos viven una apasionada historia de amor. Pero el mundo que les rodea no les satisface. A finales de los sesenta, Gudrun se une a la causa proviolencia de Andreas Baader, y Bernward se lanza al mundo de las drogas psicodélicas para escribir una novela que cambiará el mundo… Una historia basada en hechos reales en un periodo explosivo.
Andres Veiel se estrena como director de ficción con este largo basado en la historia real de Bernward Vesper, Gudrun Ensslin y Andreas Baader.
Lo más interesante de la película es que no es un retrato histórico sobre el grupo terrorista alemán conocido como Baader-Meinhof, sino sobre la increíble y tormentosa historia de amor de Vesper y Ensslin y el origen del movimiento, antes de que se pasara a la acción.
Los tres actores principales muestran gran carisma y profundidad a la hora de representar a estos personajes tan complejos – un escritor hijo de un poeta nacionalsocialista que se debate entre ideas políticas de extrema izquierda y derecha; una mujer desesperada por amor a su marido, a su hijo pero que se ve absorbida por una causa mayor que la lleva a abandonarles a ambos; y un activista radical con la suficiente inconsciencia como para prender la llama violenta de las protestas.
La historia se contextualiza formalmente intercalando imágenes de archivo que ilustran los acontecimientos políticos y sociales de la época que fomentaron esta revolución – la guerra de Vietnam, las manifestaciones de estudiantes del 68, etc. La música también sirve para contextualizar la historia, además de añadir un toque vibrante a todo. No hay que olvidar que los movimientos políticos, apolíticos y contraculturales de la época vinieron acompañados de una explosión cultural completa – la música pop, la vanguardia cinematográfica y literaria, así como el resurgimiento de las artes plásticas después de la II Guerra Mundial.
La evolución y posterior degeneración de los movimientos revolucionarios encuentra en esta película un paralelismo con la historia de amor principal, en la que los ideales primigenios se ven corrompidos y eso arrastra a sus protagonistas al abismo.
En definitiva, una película que nos muestra de forma íntima y humana a tres de los personajes más fascinantes de la historia reciente.