En profundidad: Transgression

FICHA TÉCNICA

Dirección: Enric Alberich

Guión: Marc González a partir de un argumento de Joan Ginard

Productor ejecutivo: Joan Ginard

Dirección de producción: Ángeles Hernández

Dirección de arte: Maite Sánchez

Dirección de fotografía: Xavier Gil

Montaje: Ernest Blasi

Vestuario: Fran Cruz

FICHA ARTÍSTICA

Mathew: Michael Ironside

Elena: Maria Grazia Cucinotta

Ivaylo: Fabio Fulco

Carlos: Carlos Bardem

Tanya: Ivana Miño

Yelio: Yon González

Geoffrey: Brendan Price

David: Jonathan Keltz

Argumento:

Mathew y Elena están a punto de vivir la peor noche de sus vidas cuando cuatro ladrones irrumpen en su casa en busca de dinero fácil. Pero las cosas no irán tal como estaban previstas. La tensión y el miedo se apoderan de todos, víctimas y verdugos, y la desconfianza, las traiciones y las mentiras inesperadas saldrán a la luz en el peor de los momentos.

En Transgression nos encontramos con un reparto que solamente llama la atención por la voluptuosidad de Maria Grazia Cucinotta y el reclamo de ver a Michael Ironside o incluso a Yon González para la juventud, pero ni con esos nombres conseguimos ver algo coherente.

En esta ocasión si se destaca algo no será por su calidad. La fotografía oscura y poco conseguida, una banda sonora desapercibida, planos extraños y un guión que no hace más que dar vueltas sobre sí mismo haciendo que volvamos a la casilla de inicio o estemos viviendo algo parecido al Día de la Marmota.

De los actores tampoco se puede destacar nada, es como si no supieran dónde están o lo que tienen que hacer y no ayuda que los personajes sean tan flojos. Un jefe que no sabemos que es jefe porque no ejerce como tal, personajes muy débiles y perdidos que, lamentamos que la dirección de actores no les haya ayudado. Ni siquiera Cucinotta o Ironside arrancan del todo.

Quizá lo más curioso es el subtítulo de la película: Nunca le abras la puerta a un desconocido. La realidad es que no le abren la puerta a nadie, así que no comprendemos del todo el por qué de esa frase.

Estéticamente estamos ante un desastre y técnicamente, también, para qué nos vamos a engañar.