JOY
Tras el éxito de 'La gran estafa americana' y 'El lado bueno de las cosas',el director David O.Russell vuelve a contar con Jennifer Lawrence y Bradley Cooper para su nueva película. También volvemos a ver a Robert De Niro como padre, aunque esta vez de Jennifer Lawrence.
Nominada en los Globos de Oro en las categorías de mejor película de comedia y mejor actriz de comedia, Jennifer Lawrence lograba anoche el galardón como mejor actriz, y The Martian se lo llevaba como mejor película.
Joy nos cuenta la historia de Joy Mangano, una mujer trabajadora que saca adelante a toda su familia, incluso a sus padres, y además logró inventar productos para el hogar con gran éxito. Basada en hechos reales, Jennifer Lawrence hace de madre e hija coraje en esta comedia dramática.
A pesar de no arriesgar absolutamente nada con la forma de contarnos la historia, David O.Russell consigue transmitir lo mucho que tiene que aguantar Joy Mangano al tocarle unos padres sumamente egoístas e irresponsables. Su abuela es la única que le apoya y ve todo su potencial para triunfar en la vida y convertirse en la matriarca de la familia.
Sin embargo, no será nada fácil para Joy, una mujer con dos hijos, dos padres destalentados, un ex marido y muy poco dinero, sacar adelante sus ideas y proyectos.
Es Jennifer Lawrence la que proporciona a la cinta una pizca de tensión y entretenimiento, pues la verdad es que la actriz está hecha para hacer papeles de mujer coraje y se nota. El resto del reparto está sumamente infravalorado, no se les ha sacado el partido que se merecen a Bradley Cooper y Robert De Niro. La madre de Joy, interpretada por Virginia Madsen, es el personaje más gracioso de todos, con su aislamiento y obsesión por una telenovela que perseguirá a Joy toda su niñez.
A pesar del papel testimonial de Bradley Cooper, resulta evidente la química que existe entre los actores, una química que ya vimos en 'El lado bueno de las cosas'. En este caso David O. Rusell se equivoca dándole un papel tan pequeño, sin sacarle el jugo que era necesario.
Los momentos en los que la protagonista intenta vender su producto con los anuncios de tele-tienda, de los que se encarga Bradley Cooper, son los más intensos y divertidos. Es por eso que el director debería haberle dado mayor protagonismo a esta parte y a su actor.
En definitiva, una cinta que no arriesga absolutamente nada, de la que nos olvidaremos rápidamente, pues aunque no aburre, no profundiza y no aporta nada de valor al espectador. No da pie a ningún tipo de reflexión ni emoción. Lo mejor es Jennifer Lawrence y los pocos momentos que disfruta junto a Bradley Cooper vendiendo su producto en la tele-tienda.
En Paramount Channel repasan el papel de la mujer en el cine aprovechando el estreno de Joy.