El nivel de azúcar en sangre – que se detecta con un análisis clínico – debe mantenerse dentro de unos niveles estables. Si estos valores dejan de ser constantes, se producen serias alteraciones en el organismo.
Cuando ingerimos alimentos ricos en hidratos de carbono es normal que el nivel azúcar en sangre aumente para estabilizarse mediante un proceso biológico. Esta asimilación por parte del organismo no siempre transcurre a la misma velocidad.
Índice glucémico (IG)
- Los alimentos con un índice glucémico alto, contienen hidratos de carbono que se absorben muy rápido en el organismo.
- Los alimentos con un índice glucémico bajo, contienen hidratos de carbono cuya absorción en el organismo es lenta y progresiva.
El círculo vicioso del sobrepeso
Si las cantidades de glucosa se elevan, el páncreas produce insulina con el fin de restablecer los valores normales.
La glucosa que no se utiliza como energía, se almacena en forma de glucógenos y grasas.
Cuando ingerimos constantemente alimentos de IG alto, la cantidad de insulina se eleva bruscamente, con lo que el azúcar vuelve a caer al poco tiempo y regresa la sensación de hambre.
Ventajas de los alimentos con bajo índice glucémico
- Se reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular, diabetes tipo 2 y colesterol malo.
- Es más fácil perder peso y controlar la obesidad.
Es útil saber el índice glucémico, sobre todo para el control de la nutrición en personas diabéticas y en los deportistas, ya que un IG bajo les aporta resistencia mientras que el IG alto colabora en la rápida reposición del glucógeno perdido en el entrenamiento.
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