¿En qué consiste la alergia al látex?

Aunque no nos lo parezca tenemos decenas de miles de cosas a nuestro alrededor que contienen látex, tanto de uso sanitario como diario: chupetes y tetinas de biberón, gomas de borrar, celo, pegamento, globos, guantes, preservativos… incluso el esparadrapo con el que nos tapamos una herida contiene látex.

Las personas que sufren alergia al látex ven  como se altera su sistema inmunitario al entrar en contacto con alguno de estos objetos y sufren reacciones exageradas al entrar en contacto con las proteínas que se encuentran en esta sustancia. Por lo tanto el mayor riesgo lo ofrecen los productos como los guantes, globos y preservativos  porque al ser blandos y elásticos se manipulan más y liberan, en consecuencia, más cantidad de látex.

Los alérgicos al látex, después de entrar en contacto con objetos que lo contienen, presentan síntomas como picor, lagrimeo, enrojecimiento ocular, irritación nasal, hinchazón local o generalizada y asma. En casos extremos pueden llegar a sufrir un choque anafiláctico, con el riesgo vital que implica. Tienen más posibilidades de padecer esta reacción las personas que ya sufren otras alergias (especialmente a frutas como kiwi, plátano, castaña y aguacate), los que están en contacto muy frecuente con guantes de látex (sanitarios, manipuladores de alimentos…) y los que sufren problemas importantes de salud como la espina bífida.

Si usted sufre alguno de los síntomas que le hemos comentado hasta ahora es importante que visite un alergólogo, quien le realizará las pruebas cutáneas y de provocación adecuadas para el diagnóstico de la alergia al látex. Una vez hecho esto hay que decir que el mejor tratamiento posible es la prevención: se recomienda que los alérgicos a esta sustancia desconfíen de entrar  en contacto con cualquier producto elástico y que adviertan de su problema antes de cualquier visita o exploración médica. Y, por supuesto, el paciente debe llevar siempre encima los medicamentos que le paute el especialista para poder reaccionar ante posibles situaciones peligrosas incontrolables. Finalmente, los alérgicos al látex deben tener también cuidado con plantas como los ficus y las ponsettias, ya que desprenden una ‘leche’ que es muy similar al objeto de su alergia, con lo que les puede provocar reacciones muy parecidas.