Revista Empresa

En qué debe basarse la Formación de empresarios-gerentes de Pequeñas Empresas

Publicado el 06 mayo 2011 por Empresadehoy

La Formación de los empresarios-gerentes de pequeñas empresas se basa, fundamentalmente, en convencerles de que existen otras formas de gestión distintas a las que habitualmente utilizan y que los conocimientos y destrezas que requieren varían a través de las distintas etapas de la vida de su empresa.

Las competencias que se necesitan para crear y lanzar un pequeño negocio no son las mismas que para lograr su éxito y continuidad.

En la etapa de gestación del negocio, la capacitación del empresario debe apuntar a:

Desarrollar al máximo sus destrezas, comportamientos y atributos empresariales.

Hacerle comprender el proceso de desarrollo del negocio, sus recompensas, demandas, riesgos y requisitos en cuanto a competencias.

Que establecer un negocio es una cosa, pero hacerlo viable y sostenible es otra muy distinta. De hecho, la mortalidad de las pequeñas empresas es muy alta durante el primer y segundo año de su funcionamiento.

Que las destrezas básicas adquiridas en la etapa de lanzamiento no son suficientes para asegurar el éxito y hacen ahora falta de competencias perfeccionadas para poder mejorar las diferentes tareas (de marketing, producción, finanzas, etc.) así como también la calidad y la productividad.

Que hay que afinar y corregir procesos.

La Etapa de crecimiento y expansión, exige competencias totalmente nuevas. El término crecimiento de la empresa puede incluir: aumento de tamaño por volumen de negocio y empleo, mayor diversidad de tipos y líneas de productos, expansión hacia nuevos mercados, adopción de nuevos procesos y mejor tecnología.

Entonces, es preciso introducir nuevos y mejores sistemas de gestión. Se requiere más descentralización y delegación, mientras que los asuntos estratégicos atañen en mayor grado al empresario-gerente. En esta etapa de la vida del negocio, el capital humano y el espíritu de equipo, se vuelven sumamente críticos.

Mientras que antes, cuando la empresa era de menor tamaño, el empresario-gerente podía dedicar su tiempo y su atención personal a los lazos internos y externos, al crecer el volumen y la complejidad del negocio, se ve obligado a compartir esta dedicación con otros directivos y este período de transición les suele resultar muy difícil.

Acostumbrados al manejo directo e inmediato de las operaciones cotidianas, y a adoptar todas las decisiones, puede llegar a costarles mucho adoptar un estilo de gestión más descentralizado, delegando poderes y autoridad.

Los empresarios-gerentes, deben actualizar sus conocimientos para poder adaptar sus negocios a un ambiente sumamente dinámico y competitivo.


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