Revista América Latina

En Respuesta a Saturno, a Antonio Aponte y al Toby Valderrama: De cómo pudieron haber asesinado a Hugo Chávez (I).

Publicado el 12 julio 2014 por Jmartoranoster

*JUAN MARTORANO.

 

En el audio de el programa “Horror a la oligarquía” del pasado 9 de julio de 2014, conducido por Antonio Aponte, Toby Valderrama y Saturno, en su artículo “El culpable es el capitalismo, estúpido”, y en sus comentarios, en el minuto 9:53 en adelante, hicieron referencia a una serie de artículos escritos por mí en aporrea, acerca de las razones por las que se habría asesinado a Hugo Chávez. No imagine que dichos trabajos serían de tanto interés para algunos, y que levantarán tantas ronchas por otro lado. Pero lo cierto es, que en primer lugar, agradezco las opiniones dadas en dicho programa, el cual seguía por Makunaima Kariña 104.9 FM en Caracas, y que por circunstancias desconocidas por quien esto escribe, no seguí escuchando por dicha emisora.

 

Lo cierto del caso es que, los que luchamos en contra de los desvíos que amenazan a nuestro proceso revolucionario, siempre en algún punto del camino nos encontramos. Saturno, más bien debo agradecerles a ustedes por haberme originado la inquietud que me ha motivado a investigar posibles causas y formas de cómo este acto de guerra como ustedes han señalado, que constituyo el asesinato de Hugo Chávez no quede impune.

 

Sin duda, la burguesía tiene plena conciencia de que asesinaron a Hugo Chávez Frías, repito, no soy científico ni pretendo serlo, pero, hay informaciones de las que me he hecho, y que me quiero permitir compartir con muchos, y que constituyen indicios muy fuertes de que la tesis del magnicidio biológico del Comandante no resulta descabellada, así como señalé posibles razones de índole económica que motivaron el asesinato de nuestro líder bolivariano, incluso complementadas por la opinión de algunos lectores. Ustedes me han inspirado ahora a escribir algunas maneras de cómo a Hugo Chávez se le habría inoculado su extraño cáncer que lo condujo inevitablemente al desenlace mortal del 5 de marzo de 2013, que muchos no hubiésemos querido que ocurriese.

Por una parte, en los archivos de aporrea, deben estar algunos trabajos míos respecto a la Guerra de V Generación, de la que muy poco o nada se habla, pero sería bueno centrarse en los trabajos de José Manuel Delgado, que trabajo para la CIA, y de Sidney Gottlieb, quien fue bautizado bajo el nombre judío de Joseph Scheider, éste último fue bioquímico y psiquiatra militar norteamericano, Director de la División de Química de la CIA, responsable de muchos de los experimentos de Control Mental de dicha agencia en la década de los 50 y 60 del siglo pasado, uno de ellos, del Proyecto Mk Ultra.

 

Es bueno acotar, que parte de los señalamientos que haré, están basados en el libro “Las armas secretas de la CIA” de Gordon Thomas, quien es autor de más de cuarenta libros publicados en todo el mundo, algunos de los cuales versan sobre diversos aspectos del mundo del espionaje y de los servicios de inteligencia norteamericanos. Fue corresponsal de guerra en la crisis de Suez de 1956 hasta los acontecimientos de la Plaza Tiannamen en 1989. Ha escrito también novelas y guiones, y ha ganado los premios a la Crítica y del Jurado en el Festival de Cine de Montecarlo, el premio Edgar Allan Poe y tres menciones a la Mark Twain Society por su labor periodística. De sus libros se han vendido más de 45 millones de ejemplares en todo el mundo. Entre sus últimas obras destacan El espía del Mossad, Semillas de Odio, las torturas mentales de la CIA y Mossad, la historia secreta. Sobre este último libro, un director general del Mossad y un asesor sobre contraterrorismo del gobierno de Israel declararon que era uno de los análisis más importantes publicados sobre el mundo del espionaje y la inteligencia.

 

Una de las cosas que se trabajan en este libro, es que desde la década de los cincuenta, la CIA ha venido desarrollando programas de investigación para mejorar sus técnicas de manipulación mental. Desde entonces ha contado con médicos y psiquiatras capaces de inocular drogas y aplicar tratamientos de electrochoques, con el fin de desarrollar el “recondicionamiento mental” de los enemigos de EEUU. El libro que he recomendado, “Las armas secretas de la CIA”, el cual incluso posee algunos documentos desclasificados de la agencia, revela toda la verdad sobre las técnicas empleadas por esta agencia a la hora de sacar información a sus prisioneros, e incluso asesinar a sus enemigos.

Incluso en el referido libro se mencionan los experimentos tan secretos como ilegales que la CIA ha llevado a cabo para probar la eficacia de ciertas cepas de bacterias en seres humanos. Por ejemplo, habían usado aerosoles para dispersar bacterias vivas sobre la ciudad de San Francisco. En ese entonces, la población desarrolló síntomas similares a los de la gripe. Muchas personas fueron hospitalizadas y, posteriormente, varios fallecimientos se atribuyeron a las pruebas. Estos casos formaron parte de una demanda que se interpuso contra el Gobierno, pero el caso nunca llegó a tribunales. Ese hombre frío y calculador de la CIA fue Sidney Gottlieb.

 

También la CIA posee cuenta con un documento titulado “Métodos de asesinato” de ocho páginas. Dicho material contiene suficiente material para escribir una docena de novelas de intriga o de películas de Hollywood. Algunos extractos de ese material pueden ser encontrados en el libro antes mencionado.

 

También es bueno destacar que el doctor Gottlieb, además del control mental, era amante de las armas bacteriológicas.

Con todo su trabajo para la CIA, el dotor Gottlieb era la viva imagen del científico que ha hecho del mundo un lugar más oscuro con su ciencia perversa. Durante veintidós años llevo a cabo experimentos inhumanos similar al de los nazis, los psiquiatras soviéticos que diagnosticaban a los disidentes como enfermos mentales o los médicos japoneses que durante la Segunda Guerra Mundial habían diseccionado a prisioneros vivos. Al final no se puede distinguir entre lo que habían hecho ellos y lo que el doctor Gottlieb habría hecho o autorizado hacer en su nombre, puesto que no hay nada más oscuro, amenazador o difícil de aceptar que la participación de cualquier médico en tales tareas. Algunas de las víctimas del doctor Gottlieb murieron. Otras enloquecieron totalmente. Muchas sufrieron daños psicológicos irreversibles. Los experimentos que él llevaba a cabo u ordenaba a otros a realizar eran un insulto y subvertían toda ética médica en sí: Si sus colegas y él habían pasado de sanadores a verdugos era por una creencia en común: Que lo que hacían era para “proteger del comunismo” a los Estados Unidos y, en última instancia, al mundo libre. Esta creencia de ellos reemplazo todo juicio moral. Compartían con los doctores nazis la idea de “trivialización del mal”. Gottlieb y sus colegas médicos nunca vieron ningún mal en lo que hacían. Muchos eran devotos padres de familia convencidos de que hacían la obra de Dios luchando contra “el comunismo impío”.

 

Por razones de espacio, debo dejar esta entrega hasta aquí, pero pendientes de las próximas que serán mucho más candentes.

 

¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!

¡Hasta la Victoria Siempre!

¡Independencia y Patria Socialista!

¡Viviremos y Venceremos!

En Respuesta a Saturno, a Antonio Aponte y al Toby Valderrama: De cómo pudieron haber asesinado a Hugo Chávez (I).

*Abogado,Activista por los Derechos Humanos,Militante Revolucionario y
de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas
(RENTSOC).http://juanmartorano.blogspot.com/
http://juanmartorano.wordpress.com/
jmartoranoster@g mail .com
,[email protected] ,juan _martoranocastillo@yahoo. com. ar .
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