Se acercan las vacaciones y miramos hacia el sur. A donde habita el sol. Os propongo una ruta no apta para alérgicos al mar: es la costa occidental de Andalucía. Partimos de Islantilla en Huelva y acabaremos en Tarifa, Cádiz. ¿Me acompañas? Son sólo 400 kilómetros de placer.
Flecha de El Rompido
Día 1. Nuestra primera parada es un paraíso natural: la playa de El Rompido en Cartaya, Huelva. Solo hay una forma de llegar: en barco. ¿Te va gustando? El Flechamar , nombre poético, te llevará hasta su arenal desierto, a sus aguas cálidas, surcando la desembocadura del río Piedras y su flecha arenosa. Allí no hay nada: solo el mar y tú. Llévate, agua, bocata y sombrilla y disfruta de tu estancia en el paraíso. No te olvides la crema de protección solar y espera a la puesta de sol. Después de la playa, una cena en el puerto de El Terrón, junto a las redes de los pescadores. En Islantilla hay hoteles y hostales para dormir.Parque de Doñana
Día 2. Seguimos comulgando con la naturaleza: vamos a Doñana. A 75 kilómetros de El Rompido se encuentra este paraje protegido. Hay distintas rutas que se pueden realizar y de las que te informarán en el centro de visitantes. No hay que perderse la marisma madre, uno de los paisajes más hermosos de Doñana, situado junto a la aldea de El Rocío. ni los Pinares, para ver al lince ibérico y los alcornocales para avistar gamos y ciervos. Las Marismas son el corazón del parque y hogar de numerosas especies de aves. El centro de visitantes cuenta con cafetería. Para terminar el día nos vamos de tapas al Puerto de Santa María donde pasaremos la noche. Allí, en el paseo del río, encontrarás donde tomarte un cazón adobado al estilo de Cádiz o unas pijotas.Y claro unas cañas... Del parque al Puerto de Santa María hay poco más de 200 kilómetros, unas dos horas.Día 3. Salimos para Barbate (70 kilómetros, una hora ) a conocer una de las playas más hippys de la costa de Cádiz: Los Caños de la Meca. En los caños hay calas para todos los gustos: unas muy concurridas como la de El Pirata hasta la más desierta y nudista. Entre unas y otras nosotros pararemos en Los Castillejos. unas pequeñas calas que se ubican en unos acantilados desde los que caen cascadas de agua dulce. Así como lo oyes: mar, arena y fuentes naturales. Y para redondear el efecto spa, en las paredes de los acantilados muchos buscan un lodo supuestamente beneficioso con el que se embadurnan el cuerpo.¿Se puede pedir más? Si que se calme el Levante. Aquí hay camping, así que ya tenemos donde pasar la noche.
Duna de Bolonia
Día 4. Hacia el paraíso del surf. Y ya llegamos a nuestra Meca surfera: Tarifa. Cincuenta kilómetros y avistamos Bolonia, con su duna resplandeciente al sol. Creerás que exagero pero este paraje natural virgen ofrece una duna móvil que ha sido declarada monumento natural. Es espectacular. Y por si no fuera suficiente cuenta con las ruinas romanas de Baleo Claudia, allí mismo, junto a la arena y en excelente estado de conservación. ¡¡Que mezcla más singular!!! No hace falta ser surfero para disfrutar de este mar, pero ellos desde luego lo disfrutan. Hay chiringuitos para comer, pero no es fácil encontrar alojamiento en Bolonia, aunque Tarifa está cerca y ofrece bungalows y campings. Y sino.... pues una noche en la playa contemplando las estrellas....