Ubicado en la vertiente más occidental del Pirineo catalán, el Valle de Arán y sus habitantes han disfrutado durante siglos de una particular relación de “independencia” respecto de Cataluña y el resto de España, fruto del aislamiento geográfico y de una identidad cultural singular que ha resistido a los avatares históricos.
Es la cabecera de la cuenca del río Garona, que serpentea a través de Aquitania antes de desembocar en el Atlántico, cerca de Burdeos.
En el Valle de Arán (Val d’Aran en aranés, el dialecto occitano que comparte oficialidad con el castellano y el catalán en la comarca), entre el 80 y el 90 por ciento del suelo es de propiedad comunal; es decir, no existe la propiedad privada más allá de casas y fincas anexas, por lo que la mayor parte de pastos y tierras de labranza son de uso público compartido y de aprovechamiento para todos sus habitantes.
Así ha sido desde hace 700 años, y eso explica que incluso en los rincones más recónditos y agrestes del valle –por ejemplo, en prados ubicados a más de 2.000 metros–, uno se encuentre aquí y allá con rebaños de vacas y yeguadas que pastan libremente en praderas inmensas sin pastor que los vigile ni vallados que limiten sus movimientos.
Los animales, salvajes o domésticos, viven libres en Arán, al igual que los algo más de 10.000 habitantes que se reparten en los 33 pueblos de la comarca, reunidos en torno a nueve municipios.
Esta es solo una de las muchas peculiaridades de este valle pirenaico hoy perteneciente a la provincia de Lérida, pero que durante siglos vivió prácticamente aislado del resto del mundo a causa de sus peculiaridades geográficas y su particular idiosincrasia.
Índice :
- Como llegar
- Los pueblos del Valle de Arán
- Algo de Historia
- Fauna y Flora
- El Valle de Arán en Invierno
- Ruta por el Románico en el Val d'Aran
- Comer en Tredós
- Comer en Vielha
- Comer en Bossòst
- Otras Rutas por el Valle de Arán
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