
Yann hace realidad su sueño de participar en la Vendée Globe: la vuelta al mundo en velero, en solitario y sin escalas. Después de varios días de competición, yendo en posiciones de cabeza, descubre a bordo a un joven polizón. Para evitar ser descalificado, decide esconder al muchacho.

No soy aficionada a la vela, ni me considero una aventurera. No me atraen ese tipo de deportes de riesgo, y menos en solitario.
Sin embargo me han atrapado las imágenes del mar embravecido, y la lucha constante del protagonista. Soledad que se amortigua con las conexiones con el equipo desde tierra, su hija y su pareja. Bonitos momentos de una relación a distancia que nos muestra el lado más íntimo del deportista.

Un reto personal que se ve interrumpido por la presencia de un chico que se cuela en el barco. Y ahí comienza el conflicto entre el deseo de victoria y la creciente cercanía al muchacho.
Deliciosa banda sonora.
Sin ser una película grande, te atrapa y conmueve. Eso sí, no esperes sorpresas, es de lo más previsible.

Título original En solitaire. Director Christophe Offenstein. Guión Jean Cottin, Christophe Offenstein, Thomas Bidegain (Idea: Frédéric Petitjean). Música Víctor Reyes. Fotografía Guillaume Schiffman. RepartoFrançois Cluzet, Samy Seghir, Guillaume Canet, Karine Vanasse, Arly Jover, Jean-Paul Rouve, Virginie Efira, Emmanuelle Bercot, José Coronado, Dana Prigent. Francia 2013, 96 min. Premios Festival de Gijón: Premio del Público (Sección Rellumes). Web oficial
