Revista Espiritualidad
Orar... esta es una palabra de cuatro letras y dos sílabas, es pequeña pero grande ante de Dios; allí esta nuestro clamor, nuestra alabanza, nuestra petición, nuestra súplica, nuestra humildad y mansedumbre; no existe otro momento para estar delante de Dios, con un corazón contrito y humillado, en una actitud de reverencia y agradecimiento; no en religiosidad, no en apariencias, pues estamos delante de nuestro creador, quien conoce nuestro corazón y sus intenciones. Es allí donde nos desnudamos delante de Él; a Él no le podemos mentir, ni hacer poses de una piedad que no sentimos; podemos aparentar ante el mundo entero de cosas que no vivimos ni sentimos, pero ¡a Él no! Por los afanes que el mundo ofrece, y las tantas ocupaciones ministeriales son motivos para descuidar esa parte tan importante para nuestras vidas y familia, que es el de estar en su presencia. Cada día está con sus brazos abiertos esperándonos; en todos nuestros momentos acudamos a Él, es nuestro amigo, consolador, ayudador, abogado y nuestra compañia en cada instante de nuestras vidas"¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?"Santiago 4:5Es para Dios más importante que nosotros busquemos de su presencia antes, que trabajar en nuestras fuerzas para el Reino de los cielos; trabajar para el Reino de Dios es un propósito de Dios, pero bajo la dirección de Él; y esa dirección está en su presencia. En Jeremías 23:22 nuestro Eterno Dios dice:"Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras"Los falsos profetas que le profetizaban al pueblo de Israel, no buscaban de la presencia de Dios, motivo por el cual hablaban mentiras, creando falsas expectativas a la gente; hoy día vemos a muchos ministros presentando tanta ciencia humanística, y no un evagelio de poder y de gracia; presentan a un Cristo basado en el humanismo, y no en la Cruz; teorias humanísticas y de la nueva era, y no los beneficios de la muerte, y resurrección de Cristo. No se motivan a los creyentes a orar y a meditar en la palabra de Dios para buscar de su presencia. Bendiciones