Revista Cultura y Ocio
En su primera parte, el argumento podría expresarse de este modo:
1. Toda realidad está cuantificada.
2. El infinito no es cuantificable.
3. Por tanto, el infinito no forma parte de la realidad.
Expulsar al infinito de la realidad es crucial, ya que:
a) Evitamos el regreso al infinito en las relaciones de dependencia.
b) Situamos al infinito en su verdadero lugar, esto es, más allá del espacio y del tiempo.
Concedido que el infinito no es parte de la realidad, debe excluirse que la realidad se pueda repetir infinitamente. Con todo, una realidad sin comienzo se habrá repetido infinitas veces en acto. Por consiguiente, la realidad tiene un comienzo absoluto más allá del espacio y del tiempo.
Respecto a la primera premisa:
Si la cantidad no existiera en la realidad, las cosas cambiarían pero no aumentarían ni disminuirían. Esto implica afirmar que todo lo real es una cualidad y que toda cualidad es absolutamente distinta de otra, lo que constituye un aserto sin fundamento.
A menos que pueda probarse que las cosas no aumentan ni disminuyen y que, por tanto, todo es una cualidad única, no podrá afirmarse que las cantidades no existen realmente fuera de nuestra mente. Pues si el aumento y la disminución son meros constructos mentales y lo real cambia sin estar cuantificado, ello conllevará que lo real muta de una cualidad única a otra cualidad única que no aumenta ni disminuye nada en la cualidad anterior. Luego no habrá diferencias de grado y todas las diferencias serán de naturaleza. Lo que pone en jaque a la causalidad misma: ¿Cómo pueden afectarse entre sí dos cualidades que son completamente heterogéneas? ¿Cómo podemos afirmar que un cuerpo ha aumentado su temperatura, masa, tamaño, velocidad, etc. desde un estado anterior, si no existen cantidades reales?
Más aún: Quien asevere que todo fenómeno es una cualidad incuantificada representará la realidad o como una pluralidad de fenómenos o como un único fenómeno. Ahora bien, si se da una pluralidad de fenómenos, existe una cuantificación de la realidad en fenómenos aun cuando sean por completo heterogéneos entre sí. Si, por el contrario, se da un solo fenómeno que engloba a toda la realidad, y sin embargo pueden decirse del mismo una gran variedad de cosas distintas y hasta contradictorias, no tendrá una sola cualidad sino muchas, por lo que estará cuantificado mediante cualidades.
Para evitar estos absurdos debe concluirse que las cantidades existen en nuestra mente porque la realidad está cuantificada. Aunque nuestras cantidades mentales no coincidan totalmente con las cantidades reales, siendo sólo una aproximación, debemos afirmar que las cantidades existen efectivamente, no siendo válido definirlas como meros conceptos que empleamos para comprender una realidad informe.