Y algunos de sus asociados, aunque no su familia, han comenzado a decir silenciosamente que quieren que una “persona de McCain” sea nombrada para ocupar su escaño en el Senado, una lista que incluye a su esposa, Cindy.
McCain, de 81 años, todavía está en la pelea, luchando con el sombrío diagnóstico que recibió el verano pasado: ha estado dirigiendo conferencias telefónicas con su personal con voz tensa, haciendo sesiones de terapia física de tres horas y se recompensa la mayoría de los días con un vaso alto de Absolut Elyx en hielo.
Pero su salud se ha convertido en una cuestión de interés político inmediato. El futuro de McCain puede determinar si los republicanos retienen su mayoría en el Senado: si el senador muere o renuncia antes de fines de mayo, lo más probable es que haya elecciones especiales para el escaño este otoño. Pero bajo la ley de Arizona, si permanece en el cargo hasta junio, probablemente no habrá una elección para el escaño hasta 2020, lo que los republicanos preferirían dado el entusiasmo demócrata de este año.
El asunto de la sucesión para el asiento de McCain -un tema de una discusión tan intensa que los funcionarios republicanos aquí bromean que los abogados de Washington conocen mejor la ley electoral de Arizona que cualquier abogado en el estado- está oficialmente prohibido entre los funcionarios del partido y los amigos del senador. Están decididos a recompensarlo con el mismo buen final que su amigo el senador Edward M. Kennedy disfrutó antes de sucumbir al cáncer cerebral en 2009.
El Sr. McCain, que no está haciendo entrevistas, se deleita en sentarse en su terraza donde una vez manejó losas de costillas en la parrilla, dicen sus amigos. Él y su esposa escuchan los colibríes y el arroyo burbujeante que corre a través de su rancho de 15 acres, disfrutan el paisaje verde en una región árida y dividen sus lealtades cuando los halcones comienzan a molestar a Peanut, su mezcla de Chihuahua. (La Sra. McCain se pone de parte de su perro, el Sr. McCain los halcones).
“Encuentra un consuelo real allí”, dijo Biden.
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Un ataque de diverticulitis lo hizo regresar temporalmente a la Clínica Mayo de Phoenix el mes pasado. Le hizo extrañar ver a más de un centenar de sus amigos y colegas, incluido el nuevo secretario de Estado, Mike Pompeo, y el Secretario de Defensa Jim Mattis, que vino a Arizona para asistir a la reunión anual de su grupo de expertos en política exterior, el Instituto McCain.
El Sr. Lieberman reemplazó al Sr. McCain en el foro y luego visitó al senador en el hospital, mezclando rumores sobre Corea del Norte e Irán con bromas gastadas, como la que se refiere a la diferencia entre un abogado y un bagre. (Uno es un succionador de espuma de alimentación inferior, el otro es un pez).
Continúa leyendo la historia principal“Estaba bien, pero quería salir del hospital”, recordó el Sr. Lieberman, uno de los amigos más cercanos del Sr. McCain. “Mira, este es un hombre cuya vida entera ha estado activa”.
Después de haber pasado más de dos años en régimen de aislamiento mientras estuvo encarcelado en Vietnam, el Sr. McCain no tiene ningún uso para estar solo, ya sea en la unidad de cuidados intensivos o en su rancho. Y su mazo es donde recibe un flujo constante de amigos, con visitas que a menudo terminan con el Sr. McCain diciendo: “Te amo”, y recibe llamadas en el iPhone que acaba de cambiar por su teléfono móvil hecho jirones. (El Sr. McCain finalmente hizo el cambio para descargar la aplicación de la Liga Mayor de Béisbol para seguir mejor a sus Diamondbacks de Arizona).
El Sr. Biden y su esposa, Jill, estuvieron allí el último fin de semana; El senador Jeff Flake de Arizona, un republicano, y su esposa, Cheryl, visitaron el viernes; otros colegas vendrán esta semana y sus siete hijos estarán allí tan a menudo como puedan. Las llamadas telefónicas han sido aún más frecuentes: el ex presidente George W. Bush se registró la semana pasada, diciéndole a McCain que el país lo extraña.
En una visita en la cubierta a principios de este año, Flake dijo que él y McCain recordaron cómo en la década de 1980 el legendario ex congresista de Arizona Morris Udall, un demócrata, había tomado al recientemente elegido Sr. McCain bajo su ala a pesar de sus diferencias en fiesta.
“Fuimos nosotros dos lamentando la pérdida de la política del pasado”, dijo Flake.
También fue en Hidden Valley Ranch donde el senador participó en un documental de HBO de casi dos horas y coescribió lo que reconoce será su último libro, “The Restless Wave”, ambos lanzados este mes.
La película y el libro, una copia de la cual The New York Times obtuvo independientemente de McCain, equivalen a la última palabra del senador sobre su carrera y un argumento final para una marca de republicanismo a favor del libre comercio y proinmigración que, junto con con sus llamados a preservar el orden internacional dirigido por los estadounidenses, han pasado de moda bajo la presidencia de Trump.
En el libro, McCain desprecia la aparente admiración del Sr. Trump por los autócratas y el desprecio por los refugiados.
“Parece desinteresado en el carácter moral de los líderes mundiales y sus regímenes”, escribe sobre el presidente. “La apariencia de dureza o un facsímil del reality show de dureza parece importar más que cualquiera de nuestros valores. Flattery asegura su amistad, critica su enemistad “.
Sin embargo, muchos en el propio partido del Sr. McCain creen que, al elegir a Sarah Palin como su compañera de fórmula en 2008, tiene al menos una pequeña medida de culpa por desencadenar las fuerzas de la política de agravios y el nativismo dentro del Partido Republicano.
Continúa leyendo la historia principalMientras continúa defendiendo la actuación de la Sra. Palin, el Sr. McCain usa el documental y el libro para desahogarse y no seleccionar al Sr. Lieberman, un demócrata convertido en independiente, como su compañero de fórmula.
Recuerda que sus asesores le advirtieron que escoger a un candidato vicepresidencial que se reuniera con demócratas y apoyara el derecho al aborto dividiría a los republicanos y condenaría sus posibilidades.
“Fue un buen consejo que pude razonar para mí”, escribe. “Pero mi instinto me dijo que lo ignorara y desearía haberlo hecho”.
Aún más sorprendente es cómo el Sr. McCain expresa su dolor en el documental. Él llama a la decisión de no elegir al Sr. Lieberman “otro error que cometí” en su carrera política, una auto-acusación que incluye su participación en el escándalo de ahorros y préstamos de Keating Five y su renuencia a hablar durante su campaña presidencial del 2000 sobre la bandera de batalla confederada que vuela sobre el capitolio de Carolina del Sur.
El Sr. Lieberman dijo que no sabía que el Sr. McCain sintió esa pena hasta que vio la película. “Me conmovió mucho”, dijo.
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Aquí en su estado de adopción, ha sido inmortalizado como un ícono. “John McCain es un gigante en Arizona”, dijo el gobernador Doug Ducey, un republicano, expresando sentimientos que se hicieron eco de los maestros que protestaban en el Capitolio estatal la semana pasada.
Erik Gillman, un instructor de matemáticas, dijo que McCain se había convertido en el nuevo Barry Goldwater, una figura tan inextricablemente identificada con el desierto como el cactus.
Continúa leyendo la historia principal“Es en lo que la gente piensa cuando piensa sobre el estado: el Gran Cañón y John McCain”, dijo Gillman.
Pero los detractores conservadores de McCain no han perdonado sus tendencias inconformistas simplemente porque está enfermo.
Cuando el Sr. Pence se dirigió a una audiencia de extrema derecha reunida en Tempe la semana pasada para promover los recortes de impuestos de la administración, dijo que “la gente de todo Estados Unidos está orando por el senador John McCain” y una mujer gritó “para retirarse”.
McCain ha sido durante mucho tiempo un político imperfecto y una figura más grande de la historia, en virtud de su negativa a ser liberado temprano de la cautividad vietnamita. El ex Senador Robert J. Dole, por ejemplo, lució el brazalete de prisionero de guerra de McCain mientras su futuro colega estaba en el campo de prisioneros Hanoi Hilton.
El Sr. Dole, ahora de 94 años, dijo que planeaba decirle al Sr. McCain en una próxima llamada telefónica: “Eres un tipo duro y puedes superar esto”.
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En Washington, los admiradores de McCain creen que el Senado y el Partido Republicano carecen de un contrapeso necesario para el Sr. Trump y temen que su ausencia solo presagie un mayor declive en la política del país. Con el Sr. Kennedy desaparecido y el Sr. McCain enfermo, el Representante John Lewis de Georgia, la leyenda de los derechos civiles, es una de las pocas figuras que quedan en Washington que evocan una grandeza en un momento de la historia que puede parecer demasiado pequeño.
“El Senado está cambiando al igual que el país está cambiando”, dijo el senador Lindsey Graham, el republicano de Carolina del Sur, que es el amigo más cercano de McCain en la cámara. “Pero Washington ahora refleja lo que está sucediendo en el país, en lugar de liderarlo”.
Otra protegida de McCain, la senadora Amy Klobuchar de Minnesota, demócrata, dijo que atesoraba cómo McCain la trataba cuando iban a los viajes de la delegación del Congreso que ama y los líderes extranjeros intentaban reconocer a los legisladores masculinos antes que ella.
Continúa leyendo la historia principal“Ellos siempre mirarían a Lindsey”, dijo la Sra. Klobuchar sobre los jefes de estado, refiriéndose al Sr. Graham, un frecuente compañero de viaje del Sr. McCain. “Pero él siempre decía: ‘El senador Klobuchar es el líder demócrata y ella irá después'”.
La vida de McCain ha sido toda una vida de inquietud, comenzando con las deslocalizaciones de la infancia de su familia de la Armada y evolucionando hacia demandas incesantes de “¿qué más?” Dirigidas a su personal en el Senado. Pero el hombre cuya carrera política tomó vuelo después de defenderse de los cargos de embolsamiento de alfombras – al notar que había vivido más tiempo en un lugar era como prisionero de guerra – ha encontrado una medida de satisfacción en su rancho.
Biden dijo que le sorprendió lo solícito que McCain estaba de él, y le preguntó cómo había lidiado con la pérdida de su hijo Beau por cáncer cerebral. Sin embargo, el ex vicepresidente dijo que él era quien esperaba transmitir un mensaje.
“Quería hacerle saber cuánto lo amo y cuánto me importa y cuánto admiro su integridad y su valentía”, dijo Biden.
Entonces se hizo más sucinto. “Quería ver a mi amigo”, dijo.
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https://www.nytimes.com/2018/05/05/us/politics/john-mccain-arizona.html
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