Revista Insólito

En tu nombre, XII

Publicado el 27 noviembre 2024 por Monpalentina @FFroi

Siempre que mi esposo recibía carta de sus amigos poetas me decía "si tienes un rato, léela, vale la pena". Y no la guardaba por si, en verdad, me llegaba el tesoro difícil que, en tiempos de escuela, casa, hijos y estudios música, (Oposición de Educación Infantil que aprobé dando el pecho a mi primer hijo, en Valladolid). Cinco de solfeo, dos de Coral, dos de Historia de la música que me cursé con Tina Riol, ¡Qué buena amiga y profesora disfruté! Las clases -tres años- en su casa mientras Marcelino ¡Menuda paciencia y sacrificio! leía su Palentino o El Norte que alternaba con El País según qué días. Piano de uno en uno con Carmen Sabugo el primer curso y luego, con Josefina Pérez de Diego, en casa, pues mis hijos se animaron y hoy los dos pequeños son profes en el Conservatorio palentino; la hija y mi hijo, en Valladolid, pues este año no hubo plaza en Palencia. No sé por qué no pidió por inglés pues tiene las dos Licenciaturas. Luego, estudié seis años Historia del Arte en la Universidad Popular. Antes, hice deporte, seis años en La Lanera. Y ya, abuela de Jimena, me invitaron a compartir una carpa en la que los niños de mi colegio estaban aplicados con Internet y navegaban a velocidad increíble. Se alegraron al verme y aquello supuso un nuevo reto. Me vieron tan interesada, estaba organizado por la Junta de Castilla y León, que me regalaron la matrícula para hacer tres cursos en una academia que había en la misma acera de Correos. Coincidí con la madre del director Carlos Martín Santoyo. Me ganaba siempre porque a mí aquello de navegar no me iba. Uso las redes para, puntalmente, buscar información sobre algo preciso. A la vez, tenía un programa de dos minutos semanales en La Ser que me brindó May Chaparro; y dentro de "Más madera", en la tele de Palencia, presenté a personajes del mundo de la cultura como José María Fernández Nieto, Antonio Capel, etc. creo que unos 15 programas. Algunos me los grabaron pues los daban dos veces: en directo y en diferido. Me habían operado de dos hernias discales y aproveché mi tiempo de mirar el techo bien acomodada entre almohadones y cojines viendo el programa -que comenzaba a las 10 de la mañana- en un mini televisor que me regalaron entre el marido y los hijos pues todos querían participar. Conocí a mi tutor, Gustavo Salmerón que aclaraba mis dudas. Luego hizo varias películas. De ahí que Marcelino me ofreciese con interés leer aquellas hermosas cartas. Quede claro que muchas veces no pude hacerlo. Mi abuela y mis padres me inculcaron aquello de "quien quiere algo, echa codos". Y, sí, es verdad, porque entre col y col lechuga... Escribí cuentos y gané premios.

Bueno, disculpen que hoy haya hablado de mí como rana cantarina en un charco.


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