En Twitter se muere mucho más la gente. No es que ser tuitero te predisponga a estar más cerca del cementerio, no. A ver si ahora nos van a quitar caracteres de los ya escasos 140 para poner cartelitos como esos de “El uso de Twitter puede ser perjudicial para la salud”. No, es que en Twitter te enteras a gusto de la noticia del fallecimiento de alguien. Cuando ocurre, lees la noticia una y otra vez, como si estuvieras haciendo un zapping en todos los canales de la TV y salieran 27 locutores de 27 cadenas diferentes diciendo exactamente lo mismo. Da la impresión de estar viendo a James Caan palmándola en “El Padrino”, y además a cámara lenta. Pequeños fallos de un eficiente sistema de información, que también es eso la red del pájaro azul, que converge en un mismo sentido cuando ocurre una noticia de este tipo.
A los medios nos unimos los vecinos de a pie, que repetimos la noticia como si alguien pudiera no saberla, con lo que durante un tiempo que depende de la importancia y popularidad del finado, y también de su modo de morir -y de vivir-, parece que todos nos hemos vuelto un poco gilipollas. Luego la cosa se calma y empieza la verdadera información, que consiste en aportar algo a la noticia en si. Biografía, documentación, entrevistas, etc… que define tanto al medio que la da -por su calidad- como al objetivo de la noticia.
Y luego claro, las trincheras. Dependiendo del bando que pareciera tener el finado, se abre la barra libre para soltar cualquier burrada. Todo por un RT. Por significarse. Un inmenso funeral donde se lucha tuit a tuit por ser el más señalado, el más reído o el más sentido. Da un poco de asquete comprobar como la naturaleza humana parece temer tanto a la muerte y respetar tan poco a los muertos.
Claro que también existen los “hay que decir algo, aunque sea lo de siempre”, cuando lo que se trata simplemente es quedar bien, ya que eres una figura pública. Ese es el caso de @_rubalcaba_ , el secretario general de eso que antes era el PSOE, que ante las muertes de dos actores como Tony Leblanc (noviembre de 2012) y Sara Montiel (hoy mismo), tira de Administrador de cuenta y de plantilla, y escribe dos tuits que podrían ser aplicables a cuantos actores, actrices, directores, pintores, escultores, cantantes y demás de nacionalidad española puedan fallecer de aquí en adelante:
Sara Montiel forma parte de las vidas de varias generaciones de españoles. Nuestra cultura popular pierde a un artista insustituible.
El talento de Tony Leblanc queda para siempre en nuestra memoria
Haz la prueba, sustituye los nombres propios y aplícalos a cualquier personaje…. no fallarás. Viva la impersonalidad.