Revista Arquitectura

En un parque temático (I)

Por Arkitiriteros
Una idea ampliamente aceptada a día de hoy por la mayoría de sociólogos o antropólogos, es que muchos grupúsculos étnicos conservan mejor sus tradiciones e identidades culturales en países extranjeros, que sus paisanos en los de origen. Hay muchos y variados ejemplos, pero no creo que haya mejor forma de ilustrarlo, que con la comunidad china en Nueva York. Sí, sólo has de pasar por chinatown, y más concretamente por Columbus Park,  para observar a cientos de ciudadanos de origen oriental dedicar su escaso tiempo libre  a recitar poesía china, montar representaciones teatrales, o jugar al Go, un juego de mesa estratégico. Todas estas tradiciones quizás tengan más cerca su extinción en la hipertecnificada Pekín, que en el propio New York.

Y este cuadro no pasa desapercibido para turistas, he incluso residentes, que se pasean con sus flamantes cámaras réflex recién adquiridas para dar buena cuenta de lo dinámica y variada de la sociedad neoyorquina. Inmediatamente, en aquel momento, vino a mi cabeza la idea de un parque temático. Sí, una suerte de parque temático cultural, ultimo bastión de lo que ya no sirve, o, en opinión de una sociedad moderna, pertenece al reducto de lo "curioso". Más fútbol y menos latín, que decía aquel ministro español.

En un parque temático (I)
Me paro un segundo a reflexionar sobre mi identidad cultural, y dado que decir que es española es tan global que resulta como no decir nada, diremos mediterránea. Algo que puede llevar a engaño en un lugar que ha visto su propia identidad tan dilapidada como Valencia. No, yo no tengo el recuerdo de las barracas valencianas, con sus cubiertas apuntando al cielo sobre el horizonte de L'Albufera. Más bien me resultan familiares los bloques de pisos sesenteros de chillones colores y desastrosa calidad constructiva, que se elevan a escasos metros de la playa, en toda la costa del levante. Esa imagen, sí forma parte de mi identidad cultural. Y ahora, no sé por qué, me imagino a expertos antropólogos urbanos diseccionando la naturaleza de la Barraca, el Hórreo, o la Masía, para levantar exquisitas y absolutamente fieles reproducciones en un parque temático español, por ejemplo, en Tokio. Sí, existe. Aquí en valencia no quedarán ni cinco en buenas condiciones, pero allí disfrutarán de excelentes reproducciones de un elemento que muchos niños valencianos, no reconocerán jamás. C'est la vie.

En un parque temático (I)

Identidad cultural


De manera que quizás un día vengan familias desde Texas o Arizona hasta Almería, a disfrutar de sus raíces culturales, a través de los decorados que levantó Sergio Leone para sus spaghetti western. O no. En realidad Estados Unidos está muy pendiente de lo que es, y de cómo llegó a ser. Pero todo es posible.En Port Aventura, una de las cinco áreas temáticas lleva el nombre de Mediterrània. En palabras del propio parque, ésta representa a un encantador pueblo pesquero del Mediterráneo cuidado con perfección hasta el último detalle con recreaciones exactas y elementos originales de pintorescos municipios de la Costa Brava y la Costa Dorada. Maravilloso.

En un parque temático (I)

Port Aventura

El trabajo de los decoradores y escenógrafos es genial, doy fe. Y quizás esa representación tan artificiosa sea, curiosamente, lo más cerca que muchas familias tendrán un supuesto "edén mediterráneo" que, sinceramente, apenas existe ya. En realidad es triste. O irónico. No lo sé. 
Eso sí, en Port Avetura me lo paso pipa. Espero que un parque temático spanish style en Japón o en USA ofrezca tales dosis de diversión e identidad cultural. Aquí escasean.

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