La novela romántica viene pisando fuerte, de eso no hay duda. En esta ocasión os traigo la reseña de En un solo instante, de Carla Crespo. Una historia de amor con giros argumentales que realmente te descolocan. Sin embargo, dichos giros no es lo que más me ha llamado la atención de esta novela, no. No solo es que la trama se vaya complicando hasta el punto de que un escalofrío te recorra la espalda al leer ciertas escenas. Lo llamativo, al menos en mi opinión, es, precisamente, el protagonista masculino. Poco a poco los hombres se van abriendo camino en el mundo de la literatura romántica, y la autora ha plasmado eso creando un personaje que, efectivamente, es un afamado escritor de dicho género, lo cual me ha parecido, cuanto menos, curioso.
Charlotte está a punto de cumplir su sueño: trabajar con el escritor W. G. Scott. Todo apunta a que la decisión de abandonar su trabajo como profesora auxiliar en Dublín ha sido acertada. Sin embargo, resulta que su adorado escritor, dechado de virtudes hasta el momento, guarda no pocos secretos. Para empezar, cuál no será su sorpresa cuando compruebe que no la quiere como asistente por el hecho de ser mujer. Charlotte se pone furiosa y está a punto de marcharse, pero tras pensárselo mejor decide quedarse. Además, ha conocido en un café del tranquilo pueblo de St. Andrews a William Grant, un hombre atractivo y muy seductor, que la ha hechizado por completo...
Además, Charlotte es, sin duda alguna, un personaje excepcional, hasta el punto de que yo de mayor quiero ser como ella, aunque en realidad eso no es una novedad puesto que la chica está especializada en literatura. ¿Quien no ha soñado trabajar para la persona que admira? Literatura, una mansión victoriana y la tensión sexual son los ingredientes clave en esta historia y los culpables de que los capítulos pasen volando.
Charlotte se sonrojó al pensar en lo que le iba a pedir. —Me gustaría que nos tuteáramos. Me sentiría más cómoda. William sonrió para sí. Había estado en tensión toda la cena a causa de sus preguntas, pero esa última petición no le desagradaba en absoluto. —Siempre y cuando no le parezca una falta de respeto, señor Scott —añadió la joven. —En absoluto, Charlotte, me parece perfecto. —Gracias, William. Por un instante ambos permanecieron en silencio. Observándose el uno al otro. Era imposible no percibir la química que había en el aire. Pero, del mismo modo en que ambos sabían que había algo,estaban firmemente dispuestos a ignorarlo.Otra de las características de la novela, de la cual ya hemos hablado en cierta forma, es la ligereza. En mi opinión, se trata de una historia perfecta para esos días en los que queremos desconectar del mundo entero, tumbarnos en el sofá y sumergirnos entre las páginas de un libro que consiga atraparnos, que nos permita evadirnos. Y sin duda la autora ha conseguido precisamente eso, que a cada página que pase queramos saber más y más de la historia de estos dos protagonistas. Sin embargo, si tuviera que ponerle un pero sería el hecho de que me hubiera gustado que el ama de llaves apareciera más todavía, que tuviera más peso puesto que me ha parecido una mujer encantadora de la que me hubiera gustado conocer un poco más.
En cuanto a la escritura, Carla Crespo tiene un lenguaje muy cuidado, fluido, lo que favorece también la lectura. Sus descripciones nos involucran en la historia y el narrador escogido nos permite conocer los sentimientos de ambos personajes, lo que en mi opinión ayuda a que el lector quede atrapado. En definitiva, una historia más que recomendable para aquellos que les guste este género y quieran pasar un rato agradable.