Revista Cultura y Ocio

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Publicado el 01 mayo 2010 por Carmina

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Siempre he tenido el presentimiento que en las traducciones se perdía parte de la esencia del libro, de aquello que el escritor nos había querido transmitir. Sin embargo y a pesar de esa creencia en mi muy arraigada hace años que no leía en la lengua que manejo a diario, en la que expreso mis sentimientos, mis dudas, mis pasiones, mis derrotas, cualquier cosa por ínfima que sea para mí tiene un idioma y ese es el valenciano.
Razones para no leer en mi lengua hay muchas, pero sobre todo una, y es que en mi época no se estudiaba el valenciano, o catalán, no voy a entrar en polémicas porque no me merece la pena, para mi son el mismo perro adornado con collares similares, puesto que diferencias haberlas haylas. La primera vez que yo empecé a estudiar valenciano estaba en sexto y teníamos un total de dos horas a la semana de esa asignatura, después seguí estudiandola en BUP, y durante tres años de la carrera y aún así si soy sincera aprendí mucho mas preparando mis exámenes de la Junta Qualificadora de Valencia que en todo ese tiempo. Pero deje de estudiarlo y al mismo tiempo deje de leerlo, porque para mi era más lento que leer en castellano.
Ahora tengo intención de opositar, y los conocimientos de valenciano puntúan, tengo hasta el grado medio pero pensé en sacarme el superior, y lo primero que me recomendó mi profesora es que leyera mucho en esta lengua, pero yo lo había ido posponiendo hasta hace unas semanas en que cogí de la biblioteca un libro que me hacia guiños, su portada era preciosa en valenciano y no tanto en castellano, y aunque ello no sea motivo para elegir un libro, a mi me empujó a llevármelo casa.
Abrí el libro, leí las primeras frases y sentí como me envolvía la historia, como el autor me transmitía todas y cada una de sus emociones, es un monologo y sin embargo soy capaz de descubrir las inflexiones de la voz, si habéis leido bien, no lo he acabado de leer, pero parece un inmenso guión de radio para ser puesto en antena por un solo locutor, puedo entrever las emociones del protagonista, sus dudas, sus temores, sus escepticismos, con rotundidad entreveo sus aciertos y sus errores. Y ahí me di cuenta que siempre que sea posible a un autor hay que leerlo en la lengua que escribe.
Hace casi un año, o quizás no tanto el tiempo se me difumina en cuanto a lecturas se refiere, leí Seda de Baricco, a mi me entusiasmo y me pareció una joya, sin embargo mucha gente pensaba de forma diferente a mí. Leí una critica de una persona que lo había leído en italiano y me di cuenta de que cosas que ella resaltaba como importantes a mi me habían pasado desapercibidas, y conseguí una edición en italiano, no es difícil de leer, tiene un lenguaje claro y lo que a mí me parecieron repeticiones innecesarias, en la versión italiana jugaba con la musicalidad del texto y eran más que necesarias...
Recuerdo que al estudiar mi lengua, esa en la que siento y río, nos obligaban a traducir del castellano al valenciano, y una profesora nos decía, nunca hay que traducir al pie de la letra, porque cada lengua tiene sus propias armas, sus propias frases que en la otra lengua no tienen sentido, no se puede traducir palabra por palabra a riesgo de desvirtuar lo que el autor nos ha querido transmitir. Hoy que también escribo, suscribo letra por letra esa afirmación, yo puedo hacer textos similares en mi lengua, y en castellano y sin embargo una persona que domine las dos lenguas siempre notará más sensibilidad en aquella en la que pienso, y hablo. Transmitirán la misma esencia pero no con las mismas palabras. Y puestos a traducir al pie de la letra, tenga sentido o no, no dirán lo mismo.
Con todo esto sólo quiero reivindicar en la medida de los posible la lectura de un autor en la lengua en la que publica. Después de leer El silenci, aún no lo he terminado, cuya reseña haré en castellano, por más que todas las frases acuden raudas y veloces a mi mente en catalán, creo que cogeré otros autores como Quim Monzó, o la traducida Inma Monzó, pero en la lengua que ellos manejan a diario... creo que ganaré en matices, incluso me estoy proponiendo desoxidar mi francés y leer en esa lengua que hace años llegué a dominar a la perfección, pero que lleva escondida en el baúl de los recuerdos como 15 años.
Y tu lees en versión original? Piensas que se pierden matices por buena que sea la traducción, o por el contrario no valoras esto? Lástima que no domine el inglés lo suficiente para leer a mi autora favorita, igual descubría entre lineas cosas que me son vedadas con la traducción de sus libros


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