Revista Infancia

Enamoramiento infantil. ¿Mi hijo está enamorado!?

Por Mamapsicologain @mamapsicologain
Enamoramiento infantil. ¿Mi hijo está enamorado!?¿Se enamoran de verdad los niños? ¿Existe esto que podríamos llamar enamoramiento infantil?  La pregunta es posible que nos asalte un buen día cuando nuestro pequeño o pequeña llega a casa después del cole y nos salta con un "Mamá, ¿sabes? María es mi novia" o "Javier me ha dicho quiere ser ahora mi novio". Ante estas afirmaciones puede ser que se nos abran los ojos como platos, pero sonreímos levemente y exclamamos "Ah! muy bien cariño". Y no le damos demasiada importancia, lo tomamos como un juego de niños, un juego de imitación como cualquier otro, en el que los niños imitan roles adultos que les permiten desarrollar habilidades sociales a la vez que les prepara para el día de mañana. Debemos comprender que el enamoramiento infantil, estos primeros amores, son normales y muy frecuentes en niños y niñas de entre 3 y 5 años. 
Sí, el enamoramiento infantil existe. Los niños se enamoran y se desenamoran. Que sean pequeños no les impide sentir sentimientos tan intensos como el amor, aunque en esta edad no es igual que el que sentimos los adultos, es algo más ingenuo, más puro, pero también más voluble e inestable. Si tenéis niños de entre 3 y 5 años quizás habréis podido ver cómo vuestro hijo o hija de repente tiene una novia llamada Ana o un novio llamado Javier durante una temporada y luego, un buen día, os dice que ahora ya no son novios que le gusta más María o Daniel.

Es normal que un día le guste una niña y al siguiente sea otra la preferida. Los primeros amores ayudan a nuestros hijos a descubrirse a mismos y a definir sus preferencias. Y a pesar que cambien frecuentemente de parecer, nuestros hijos también lo viven todo con intensidad, amores y desengaños incluidos.


Sí, el enamoramiento infantil existe y nuestros hijos se enamoran de sus compañeros de clase, de los que se sientan a su lado, con los que comparten juegos,  y a los que les une un especial apego.

Es probable que te pida que le dibujes corazones para pintar y dárselos a su novio o novia o a quien pretende conquistar, tal y como me ocurría a mí durante el pasado curso con mi hijo Marc. Por aquel entonces cursaba P-4 y tenía 4 añitos pero estaba perdidamente "enamorado" de una niñita de su clase que tenía otro novio ... Todos los días quería hacerle un dibujo y entregárselo a la que llamaré María para no difundir su identidad. Dibujos de corazones pintados de rojo, dibujos con pegatinas brillantes para intentar captar su atención ... La niña en cuestión no le hacía caso y mi hijo me preguntaba cada dos por tres qué podía hacer para que fuera su novia, porque ella no quería. 


Ante este tipo de conductas, normales y sanas, los padres debemos mantener una actitud tranquila y relajada, no debemos preocuparnos estos sentimientos le prepararán para las futuras relaciones amorosas y, al mismo tiempo, son todavía ingenuos y muy variables.


¿Qué debemos hacer ante el enamoramiento de nuestros pequeños?


  • Nada más y nada menos que aceptar sus sentimientos.
  • Apoyarle en su ilusión y en también cuando lleguen las desilusiones.
  • Permitir que se exprese y te hable de lo que siente y por quién lo siente.
  • Escucharle, comprenderle e intentar ponernos en su lugar. ¿Recuerdas si durante tu infancia tuviste algún novio de clase? A tu hijo le ocurre lo mismo, no debería sorprendernos.
  • Ser discretos y no gritar a los cuatro vientos que tu hijo está enamorado. Si lo queremos contar deberemos preguntarle antes y que nos de su permiso para hacerlo, si no quiere debemos ser respetuosos con su intimidad. Que solo tengan 4 o 5 años no quiere decir que no tengan derecho a mantener en privado ciertas cuestiones.
  • Evitar decirles "No tienes edad para tener novios" porque esto implica que no quieres aceptar sus sentimientos, que inevitablemente tiene, por lo que estás rechazando una parte importante de la forma de ser y sentir de tu hijo.
  • No prohibir, regañar o menospreciar y mucho menos sentirnos celosos por esos sentimientos que nuestros hijos tienen hacia los demás. 
Recuerda que cuando nuestro hijo de apenas 3 o 4 años desplaza ese primer amor, que normalmente siente por nosotros los padres, hacia un niño de su edad inicia un camino hacia la madurez emotiva. Y esto no tiene nada de malo. Nuestros hijos crecen y lo hacen muy deprisa, pero deben hacerlo. 

Volver a la Portada de Logo Paperblog