Enamorarme de dos personas a la vez

Jamás pensé que podía enamorarme de dos personas a la vez (menos de tres!!!).  ¿Cómo podría algún día compartir mi helado con alguien? Y sin embargo, no solo lo he compartido si no que lo he regalado todo ¿qué fue lo que me hicieron?  Me siento distinta, soy diferente.

El nacimiento de cada una de ustedes, mis niñas, me trajo cosas indescriptibles, inimaginables. Desafortunadamente no existe un “mundo perfecto”  y no puedo encapsularlas para evitar que algo malo les pase.

En un mundo como el que hoy pisamos es bastante difícil protegerlas, lo que sí puedo hacer, es enseñarles lo que sé, como que las mujeres podemos volar tan alto como decidamos hacerlo, que hay mujeres fuertes que pueden derrumbar a un hombre; que hay mujeres que poseen tanta fragilidad y delicadeza que pareciera que apenas rozan el suelo; que hay mujeres inteligentes que hacen ciencia. Que hay libros que te harán viajar, no solo a otro país, sino a épocas distintas; libros que te harán llorar y reír. Que pueden alcanzar una estrella!!!

Quiero enseñarles que siempre hay esperanza de un mundo mejor; que  le debemos respeto a la tierra, que no podemos subestimar a las plantas y que, las vacas, los gatos, los peces y todos los animales son seres vivos, iguales a nosotros. No debemos maltratarlos.

No soy perfecta, un par de veces he mentido, pero juro que no es de mala fe, todo lo contario. Me gusta verlas ilusionadas. Espero no fallar y pido perdón por que no siempre tengo las respuestas. Quiero alimentar sus sueños y que esos sueños se vuelvan tan grandes como sea posible, para que un día, en el futuro se conviertan en grandes realidades.

Sé que hemos carecido, estoy consciente que no les he dado todo lo que han pedido, pero si he de ser franca, es un poco a propósito pues  es bueno saber que no siempre se tiene todo lo que se quiere y que aun así el mundo funciona. Que los regalos que valen la pena nos son precisamente envueltos en papel. Los mejores regalos te los encuentras cada día, en la flor que crece a la orilla del camino, un bocadillo preparado por su tía, el baño de tina que siempre les prepara la abuela, las cosquillas que “abuelito” les hace o un cariño espontaneo su tío (que por más que se haga el insensible es más sensible que ustedes y yo juntas). Disfruten de todo eso ahora que pueden y siempre siéntanse libres de ser lo que son, de ser quienes son.

Amen con el alma, sin tapujos, sin enredos, amen que de eso carecemos. Disfrutarán, perderán,  aprenderán y olvidarán. De eso se trata todo, es muy simple pero nos gusta complicarnos. Siempre den lo mejor de sí mismas, siempre pongan el máximo esfuerzo en todo, sean precavidas más no miedosas.

Recuerden que la vida es un viaje y que habrá que vivirlo…  cada uno cargando sus propias heridas. Todos sangramos, pero igual todos reímos.

Las quiere, mamá.