Mi padre me ha enseñado a disfrutar de muchas cosas de la vida, como del buen jamón, de un rico vino, de los amigos, del olor del armañac y también fue él quien me incitó a leer, a devorar libros y a qué la biblioteca fuera un lugar emocionante al que ir. Leía mucho en castellano por eso de afianzar el idioma más débil los primero años de la ikastola y porque en mi casa éramos bilingües. Cuentos y libros que tenía que guardar o copiar el título porque cuando mi abuela venía de peintaland cada septiembre, a estar unas semanas ,le gustaba leerse todo lo que yo le recomendará, aún recuerdo lo mucho que nos gusto a las dos Charlie y la fábrica de chocolate y otro que no recuerdo el título pero que tiene que estar por alguna caja del camarote del caserío.
Con los años mantuve el hábito de la lectura y poco a poco fui robando los libros que circulaban en la mesita de noche de mi padres y de mis tía, la pasión turca me la vetaron esos sí 😉 Pero me enamoré de capitán Alatriste de Reverte que con los años me volvió a enganchar con la reina del Sur. Terminé odiando a Cela, estuve colgada años y años de Allende, Elvira Lindo me gustaba para los verano y Almudena Grandes se me resistía. Me he leído todos los bestseller conocidos y aun me acuerdo como filtreamos el gorila y yo con la excusa de pasarnos toda la colección de Aruel, creo que era el "Clan del oso cavernario". Pues eso yo leía libros, muchos, en la universidad menos pero algo y entonces me hice madre y tachán!!! Leer un libro es casi tan complicado como ir al baño sola, pero bueno a trompicones y de mala manera consigo acabar alguno que otro.
Eso sí ahora leo cuentos, sobre todo desde que son dos. He de confesar que monillo no es un fanático de la lectura pero neskatilla para lo peque que es se pasa horas pasando hojas, mirándolas, tocándolas y si puede su última hazaña es sentarse encima de ellos e intentar pasar la página (que dios me pille confesada). Pero hay cuentos y cuentos, y confieso que desde que me rodeo de compañera blogueras artistas empiezo a fijarme mucho en las ilustraciones y a seleccionar cuentos simplemente porque es alucinante mirarlos y disfrutarlos.
Hoy es un día especial y he ido a la librería del barrio, Luz de Lula, he comprado una joya única que dentro de unos años mis hijos podrán leer, disfrutar pero sobre todo admirar encantados. Porque si hay alguien que ha hecho que mi blog sea especial esa es Esther Gili y sólo ella podía poner imagen a esa historia tan apasionante de David Aceituno. El mundo de las hadas, de la magia, de los sueños eso que solo pueden trasmitir los cuentos. El nombre del cuento mágico es Encantadas. Personalmente es demasiado complejo para mis hijos, desde mi punto de vista es para más mayores la historia que narra, pero les va a encantar ver las imágenes y que yo pueda explicarles el cuento de una manera más sencilla. Tengo claro que el monillo va a querer subir a tocar su guitarra al tejado.....lo sé y que me va a preguntar si son hadas del bosque, si mi amiga las conoces y miles de preguntas más para las que no voy a tener respuesta.
Sus imágenes consiguen que te quedes quieta mirándolo, sin leer y soñar con ser alguna de ellas o pensar lo que te gustaría tener esa falda, esa corona de flores. Ay madre de dios! esa falda de plumas de Piola y poder moverte como Bailonga para conquistar al príncipe oscuro. Sí claro, no lo he podido leer con detenimiento pero ya tengo mis preferidos, y todos los seres mágicos de esta casa también y si no fijaros en las fotos.
No dudéis en ir a por él y ponerlo en vuestra mesilla de noche, porque este si os lo vais a terminar y vais a poder soñar solos o junto a vuestros hijos. Y si sois muy fans, vais a querer tener a más de una en una lámina, en la funda del móvil, en un bolso, vamos que sacan merchandainsing de ese ya o me da algo, porque es puro amor.
No tengo mucho más que decir porque quiero que veáis las fotos que he intentado currarme, pero sobre todo quiero que os pique el gusanillo y vayáis a por él volando, porque corréis el riesgo de quedaros sin él. Este post no es patrocinado sino emocionado 😉 Porque en la vida se tiene la suerte de conocer a gente especial y yo puedo decir que la ilustradora de este precioso cuento lo es. Además, somos unas suertudas de poder disfrutar de su arte ya sea en modo blog, cuento o ilustración, como persona y amiga es de puturrú de foie pero eso queridos no se puede comprar en la librería del barrio ;-). Titi eres muy grande!!