Revista Ilustración

"Encarnita"

Por Globo De Papel
Gracias a la ayuda de Lola, autora de "Mi Cuento Virtual", una apasionada del fieltro, las manualidades y los cuentos infantiles hemos podido hablar hoy de un cuento tiernísimo y descubrir a Encarnita, una mariquita muy educada.

A veces estar sancionado en la biblioteca puede traer este tipo de cosas: que alguien te diga qué cuentos son sus favoritos y te explique porqué le gustan tanto. Quizá, si hubiéramos llevado a tiempo los libros, no nos hubieran presentado a su protagonista que tiene tres lunares en la espalda.

Quentin Gréban es un maravilloso ilustrador, sus dibujos recuerdan los cuentos clásicos, aquéllos que teníamos de pequeños por casa, rememoran un trabajo más tradicional en donde la acuarela y el trazo se pueden percibir claramente, pero también lo plantea de una forma actual jugando con las perspectivas y los encuadres. Sus ilustraciones nos transmiten una sensibilidad especial, los colores son limpios, como si acabara de pasar el pincel sobre un suave boceto a lápiz.

Este tipo de ilustración es la que nos sorprende hoy en día, la que nos cautiva.


El personaje principal de esta historia es Encarnita, una mariquita sensible a la que le gusta dibujar. Una mañana, mientras se concentra en retratar a la señora saltamontes pierde a su mamá y se derrumba.

"A Encarnita le gusta mucho dibujarun cielo gris de tormenta, gotas delluvia e incluso a las personas con las que se encuentra en sus paseos."


Cuando una hormiga se le acerca para preguntarle qué le pasa, Encarnita utiliza su habilidad en el dibujo para representar a su madre y pronto comienza su búsqueda, preguntando de forma muy educada al abejorro, a la libélula, a la rana (con cuidado de que no la coma) y a la nutria. Y es aquí donde comienza un juego de repetición: la pregunta y la respuesta serán siempre la misma, el niño podrá de esta forma participar, adelantarse, ayudar al adulto en la lectura. El ritmo y la preocupación por encontrar a la mamá estimularán el interés por la historia.
Encarnita pronto se desanima creyendo que el problema de no encontrarla es por la calidad de su dibujo pero cuando todo parecía perdido llegan sus nuevos amigos con la solución, animándola en el peor momento.
"-Te felicito por tu dibujo -dice la libélula-, pero no he visto a tu mamá"
Todo en esta historia es bonito. Cómo nos presentan a la protagonista, cómo ella describe a su mamá y cómo los animales empatizan y colaboran en ayudarla. También es bonito cómo ella se derrumba pensando que el problema es su dibujo, cuando todos la han ido elogiado por sus aptitudes. Enseñándonos que aunque una persona crea en sí misma y tenga la certeza de saber lo que quiere, la tristeza y la desesperación pueden hacer que se pierdan.

También nos gusta que su pequeño tamaño no sea impedimento para tener las cosas claras, ¡ella quiere ser una pintora! o para reunir las fuerzas necesarias, olvidarse del miedo, la tristeza y buscar a su mamá.


Este relato nos ha recordado al álbum ilustrado "Un poco perdido" donde un pequeño búho también pierde a su madre. En Encarnita hay menos humor, más texto pero también hay mucha solidaridad, ternura y algo más importante, profundiza en los sentimientos de la protagonista y su confusión respecto a sí misma. Eso nos encanta. 
"-Pues ella es como yo, pero tiene cinco lunares en su espalda en lugarde tres y sabe dar besos muy dulces."

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