- El gato andino está presente en áreas remotas desde el centro de Perú hasta la estepa patagónica. Adaptado perfectamente a medioambientes extremos, este felino pequeño se ve amenazado por la degradación del hábitat y por la caza pero, por sobre todas las cosas, sufre el anonimato: es difícil salvar a un animal al que nadie puede ver.
- Hay tan pocos ejemplares de estos gatos en peligro de extinción esparcidos por áreas tan extensas que hasta sus defensores nunca han visto a la especie a la que intentan proteger. Pero los esfuerzos de conservación que podrían salvar a este gato también podrían preservar las áreas silvestres donde vive.
- Cuando se encontró un gato andino macho merodeando por un campo de fútbol, los miembros de Alianza Gato Andino acordaron renunciar a la oportunidad extraordinaria de estudiar al animal en cautiverio y, en su lugar, intentaron devolver a Jacobo a su vida silvestre.
- Las coordinadoras de Alianza Gato Andino, Rocío Palacios y Lilian Villalba, organizaron la liberación voluntaria multinacional. Las conservacionistas le colocaron a Jacobo un collar con GPS y esperan que, al rastrear su recorrido, puedan descubrir datos nuevos sobre este gato reservado, considerado un símbolo de los Andes.
Si bien los gatos viven en zonas remotas, a unos 3600 m de altura (unos 12 000 pies), su hábitat es rico en depósitos de carbón, petróleo y minerales tales como estaño. plata y oro, por lo que el felino solitario compite cada vez más con la industria minera por su territorio. También se ven amenazados por cazadores locales quienes, en un esfuerzo por proteger al ganado de depredadores más grandes, a menudo matan a los gatos también.Los gatos silvestres de pelaje grueso también sufren una crisis de identidad: con tan pocos ejemplares que rondan un paisaje tan extenso, la mayoría de las personas no saben cómo son. Si lo llegan a ver, a menudo lo confunden con el gato de las pampas, cuyo hábitat se superpone. Al tener un perfil tan bajo, puede ser difícil conseguir apoyo para su preservación.“Esto es más que salvar a un gato —sostiene Palacios—. Este animal es un símbolo de los Andes. Cuando hablamos de salvar a un gato, hablamos de salvar todo un paisaje”.