@morguefile
En la vida de un emprendedor tiene un valor incalculable su oportunismo, su capacidad para colocarse en el lugar adecuado. Cuanto más cerca está del centro de la acción, más valor adquiere su presencia. Es la forma de salir al mercado con ventajas. Encontrar una salida deriva de localizar la puerta apropiada, una abertura capaz de llevar a la persona de un sitio a otro, de un ambiente a otro. Es tan sencillo como cruzarla y encontrarse con hechos, realidades, nuevas posibilidades.En estos días me invitaron a un desayuno de negocios, sobre energías renovables, algo del que desconocía y sigo desconociendo bastante, pero que resultó sumamente provechoso para entender que a la sombra de estas empresas pueden existir alternativas profesionales. Lo importante no fue el encuentro sino las puertas que escoden las propuestas comerciales que nunca había previsto visitar.
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Estar abierto a todo. Es un paso fundamental para estar actualizado, porque un emprendedor no se puede cerrar a nada, sino todo lo contrario, debe abrirse a las posibles aventuradas, estar dispuesto a reconocer un negocio incluso antes de ser formalizada.
Conocer y darse a conocer debería ser la esencia de un emprendedor. Sin conocer nuevos horizontes comerciales es imposible ampliar el campo de actuación, del mismo modo, sin darse a conocer no es posible entrar en el campo de visión de otros empresarios que, probablemente, demandan recursos que uno puede aportar.
Actividad creativa consiste en suscitar una idea nueva de cada acción. Por cada nuevo descubrimiento un emprendedor eficaz debe generar una posibilidad de negocio o de colaboración rentable y productiva. Esto es muy importante, porque manifiesta una vigilancia efectiva de todo lo que se mueve, con el fin de convertir ese movimiento en una posibilidad de negocio.
Formalizar la propuesta es el paso final para activar una operación; es el momento de materializar las ideas, de convertirlas en piezas apreciadas por los posibles compradores. No obstante, en esta fase del proceso no se debe perder de vista la calidad y la viabilidad demostrable, porque ese detalle permitirá a la idea fluir de verdad y convertirse en un negocio o será una forma de desaprovechar la oportunidad.
Aprender siempre es conocerse a uno mismo y acumular toda la información productivamente. Cada dato, cada nuevo negocio con el que se interactúa, debe convertirse en una fuente de conocimiento, una fuente de posibles ideas, lo cual abrirá la puerta a nuevas alternativas, allí donde otros no conciban ninguna la posibilidad de actuar.
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