Anonadado. Esa es la palabra que mejor puede definir mi apariencia mental después de ver Encontré al diablo por tercera o cuarta vez. Y es así por varios motivos.
En primer lugar, porque pese a no ser una película de terror (sí lo es de horror), Encontré al diablo hace sentir como pocas la eterna lucha entre el Bien y el Mal, rasgo característico del género. Pero no os desaniméis: aquí el maniqueísmo es indigesto, sienta mal, aunque sabes que todo lo que le pasa al malo se lo merece. En un mundo tan hipócrita como en el que vivimos (donde la violencia a veces se justifica institucional y gubernativamente pero en otras se censura) hay que aplaudir que alguien tenga el valor de decir de modo audiovisual: "mira, las leyes humanas (no solo jurídicas) están muy bien siempre que todos las cumplamos, pero al que se orine en ellas, que le jodan. Pero no le encerréis, que ya me encargo yo". Una perspectiva acertadísima de Encontré al diablo.
Y eso es lo que se gana a pulso Kyung-chul, el maníaco, sádico, amoral y demoníaco asesino; sin duda, el auténtico protagonista de Encontré al diablo: una antítesis de la sociedad, del civismo real (no el que te obliga a recoger la caca de tu perro cuando defeca en la vía pública), de la verdadera moral. Peor que John Wayne Gacy, Ed Gein, Ted Bundy y Henry Lee Lucas puestos de perico y armados hasta los dientes; Su iniquidad, en fin, es incuestionable. Su calvario comienza cuando mata a una mujer embarazada y la descuartiza; el prometido de la fémina y padre del nonato, Soo-hyun, jura venganza, una venganza exquisitamente retorcida, pese a tener que afrontar con valentía el famoso aforismo de Nietzsche: El que lucha con monstruos debe de tener cuidado de no convertirse él en un monstruo. Pues si miras mucho a un abismo, él mirará dentro de ti. Para que no me acusen de spoiler man, no diré más sobre el argumento.
Sí, Encontré al diablo es algo más que terror, es más bien un triunvirato thriller-gore-acción. Y llego al segundo punto. No hay misterio alguno sobre quien es el asesino, ya que lo sabemos desde el principio, pero eso no quita un ápice de inteligencia, genialidad y suspense al guion, que nos va envolviendo poco a poco por completo con preciosas filigranas argumentales.
En otro sentido, a veces no puedes evitar emocionarte, como si de un buen combate de boxeo se tratase, cuando ves sufrir al malo de turno, aunque le estén cortando explícitamente el talón de Aquiles. Las escenas de garrulismo carnicero abundan...: mucha sangre, incluso canibalismo, aunque pocas vísceras. Y pese a todo (y con esto concluyo), resulta una película enternecedora.
Mención honorífica a Lee Byung-hun y a Choi Min-sik (el inolvidable Old boy) que bordan con mimo sus papeles, al director Kim Ji-woon y al guionista Park Hoon-jung, que juntos han creado una verdadera joya cinematográfica (con perdón para el resto de implicados en la película).
¿Te gustaron Ichi the killer, Hard candy, Hostel, L´Interieur, Martyrs, A serbian film o, incluso, El silencio de los corderos? Pues Encontré al diablo te encantará.
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