Revista Salud y Bienestar

Encopresis

Por Pedsocial @Pedsocial

Es un tema de mayor complejidad que la enuresis.                                                    Image

La encopresis consiste en que un niño de más de 4 años se ensucie la ropa interior en ausencia de un motivo o enfermedad orgánica. Por ensuciarse se entiende desde que simplemente se manche los calzoncillos o las bragas hasta hacer deposiciones sólidas o semisólidas. La encopresis puede ser primaria desde siempre, en un niño que nunca llegó a hacer deposiciones en el orinal o el  water o bien secundaria cuando el niño que ya había dejado de ensuciarse encima y levar pañales, pierde el control de sus deposiciones.

Aproximadamente un 1,5% de los escolares presentan encopresis, con una predominancia en varones.

En su origen intervienen una serie de factores, algunos innatos en el niño, de carácter temperamental o predisposición y otros determinados por el entorno como estreses, limitaciones en su actividad autónoma, adiestramiento en el control de esfínteres erróneo o anormalmente exigente o medicación o dieta laxante. El estado de limpieza de los lavabos y waters escolares pueden tener un efecto disuasorio sobre los niños a la hora de defecar. En algunos niños se puede producir un círculo vicioso de estreñimiento–lesiones o fisuras anales–dolor a la deposición–retención de heces–desecamiento de las heces rectales–emisión de heces por rebosamiento–encopresis.

En una cuarta parte de los casos de encopresis se asocia enuresis cuando el sigma lleno de heces comprime la vejiga y disminuye su capacidad.

En la encopresis se debe establecer el diagnóstico diferencial principalmente con el megacolon agangliónico en el que generalmente no se encuentran heces en la ampolla rectal y cuya historia de estreñimiento data del período neonatal. Además es conveniente resolver otras causas de estreñimiento de origen metabólico como el hipotiroidismo, o neurológico como las afectaciones de la médula espinal médicas o quirúrgicas.

La exploración anorectal, visualización y tacto deben descartar lesiones externas, fisuras, fístulas u otras.

Exámenes complementarios. Puede recurrirse a estudios radiológicos convencionales para evidenciar la retención de heces.

Tratamiento.

El objetivo del tratamiento es un readiestramiento del niño en el ejercicio de la defecación. Es importante que el niño recobre el control sobre sus funciones fisiológicas, supere sus sentimientos de vergüenza, otorgándole la responsabilidad pero exenta de culpabilidad.

En las circunstancias en las que se evidencia una impactación fecal  puede ser, previo al inicio del tratamiento, realizar un vaciamiento intestinal mediante catárquicos y enemas. Las lesiones de la piel del esfínter, fisuras o eritema deben ser tratadas con pomadas antinflamatorias.

Se deben proporcionar instrucciones para defecar reforzando la prensa abdominal con ejercicios abdominales. Puede ser útil enseñar a los niños a defecar subidos en el borde del inodoro y en cuclillas, de manera que la presión de los muslos ayuden y el asiento quede libre. Se debe intentar la defecación a primera hora de la mañana, levantando al niño más pronto para que pueda tomarse su tiempo y vaya a la escuela con sus funciones higiénicas cumplidas. Si existe la posibilidad de que el niño se manche durante el horario escolar es conveniente proporcionarle una muda limpia para que no se acomode a ir sucio períodos de tiempo largos.

Deben desaconsejarse todas las medidas de carácter represivo, castigos o aislamientos por motivo de su encopresis.

La administración de laxantes tiene por objeto evitar el estreñimiento y la desecación e impactación de las heces.

El seguimiento debe ser frecuente, cada semana o 10 días para reforzar las estrategias y controlar el progreso.

Situaciones complejas y la falta de respuesta pueden indicar la consulta a un especialista psiquiatra infantil

X. Allué (Editor)


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