Encrypted Warmongering

“Maldito pagano comunista. como no digas en voz alta que adoras a la Virgen Maria, voy ha hacer papillas con tus tripas”

- La chaqueta metalica

¿Qué queda tras una batalla? ¿Cuál es el sabor, que a un soldado curtido en el fervor de ésta, le queda tras haber sesgado vida tras vida? Seguramente se aloje en su mente el sentimiento de satisfacción por el deber cumplido. Incluso puede que en algunos momentos saque pecho de todo aquello que ha conseguido para “su” país.

Sin duda, hablamos de Battlefield. Mejor dicho hablamos de cómo DICE ha ido creciendo de manera exponencial, hasta llegar a pisar la sombra de uno de los grandes del género bélico. Sin caer en la tentación de la comparación, habitual a la que nos tiene acostumbrado el hommo erectus. Pero en esta ocasión puede que el objetivo fuese el equivocado.

Querer crecer de forma intrínseca es lo más positivo que puede realizar una compañía. Tener capacidad de análisis, reestructurase y aplicar nuevas fórmulas para seguir ofreciendo al usuario nuevas fórmulas de concebir la acción.

Sin embargo, y muy lejos de lo habitual nos encontramos ante una obra con dejes de algo ya vivido. Demasiados “tics” de cosas que en un pasado muy lejano eran novedad. Seamos claros, Battlefield 3 fue una de las grandes vencedoras en cada una de las conferencias del sector.

Su capacidad de mover polígonos, a un nivel de foto realismo altamente espeluznante, asombró a todo aquel gustoso de la tecnología más puntera. Y como siempre el “hype” o lo que comúnmente se conoce como expectativas empezaron a generar corrientes de opinión.

¿Qué queda tras toda esa realidad? Poco parece importar si el juego es bonito, muy bonito para ser precisos. Y como el correr se valora corriendo. Y el hacer, haciendo. No hay mejor filtro para un juego que la jugabilidad.

Battlefield 3, no es un mal título, ni mucho menos. Pero aquellos que lo alzaron y se regodeaban – incomprensiblemente – del final de la saga adversa. Son los mismos que se han lanzado a la yugular para atacarle. ¿Un acto de hipocresía? Lo dudo, es más es comprensible cuando se ponen todas las esperanzas en un apartado cuanto menos engañoso.

Hablamos de un título de acción, en concreto un juego de tiros. Y esto lejos de parecer una fórmula efectiva empieza a ser un problema donde el efecto “dejavú” cada vez está más presente.

Quizás por ello y tras algunos días de reposo,se llega a la conclusión que Battlefield no era tan fiero como lo pintaban (eso sí, muy bien pintado). Pero tampoco esa bazofia que se desecha por no llegar a la excelsitud prometida.

Dos modos altamente diferenciados, dos caminos totalmente distintos y dos formas de presentar el mismo producto. El modo campaña es simplemente más de lo mismo. Y tal como apunté en “Enemy Generator” adolece de errores demasiado evidentes para el gran título que se presupone que Battlefield 3 es.

Modo Campaña

Un modo campaña que sin embargo tiene sus puntos fuertes. La narrativa y su forma de ser presentada es bastante original. Aunque sin ser igual Black Ops, también tiró de los “flashbacks” para explicar cómo y porqué estás en el estado actual.

Sin embargo la pantalla final ensalza con su puesta en escena la narrativa del juego. Original, fresca y con una pizca de sal que ayuda a distinguir un poco mejor los sabores. Detalle, que demuestra que dentro de la recurrencia aún existe camino para la inventiva y no caer en los clichés del género.

La variedad ya no es un plus, se ha convertido en algo común y eso pasa a ser un handicap. Ya que no hay juego bélico que se precie que no otorgue la posibilidad de conducir un tanque o un vehícula alado. Así como ya no se entiende un título de guerras donde uno no haga una pequeña degustación de situaciones ya reconocidas.

De la pantalla del francotirador a aquella de campo abierto. Pasando sin duda por los corre pasillos de un sótano o aquellas que debes ir atrincherarte para proteger a alguien. ¡Tranquilos! Battlefield 3 tiene todo eso y más. Aunque será desesperante ver como en ocasiones nuestras decisiones pasan por “hacer lo que la máquina quiere que hagas”. Aumentando así la sensación de que somos un mero “script” generado por el arquitecto¹.

Quitar el poder de decisión es cuanto menos peligroso, ya que la libertad es algo que los jugadores suelen valorar y mucho. Curioso es que una compañía como DICE – aquellos que sorprendieron con Mirror’s Edge – caigan en este error. Eso sí, el juego luce bonito, muy bonito.

Efecto que se suma a la errónea presunción que tiene el juego de que el jugador padece sordera o algún tipo de déficit de atención. Repetir frases una y otra vez hasta que realicemos la acción que se ordena es algo bastante común.

Si te digo sígueme, ¡es para que me sigas!”

Multiplayer

Si su elección ha sido saltar las anteriores letras e ir directamente al apartado que aquí se describe. Denotará un alto conocimiento sobre la Saga y por lo tanto se puede imaginar con mayor o menor precisión que es lo que se ha descrito de éste. En caso contrario, ¡resista! Ahora empieza lo bueno.

¿Puede un título mejorar a medida que se le va echando horas? Esa es la conclusión que se extrae tras ir invirtiendo el tiempo en matar a gente con una IA ¿aceptable? Sin duda el alma matter del título y el eje que pone equilibrio a tanto despropósito.

Porque eso de matar gusta. La cruel realidad, pero gusta. Y tener todo el potencial – tanto gráfico como en fluidez – da al que tiene un mínimo de habilidad con el mando acabar con la vida de alguien. Una forma de desfogue de todas las frustraciones del modo campaña. Un modo de justificar tanto la duración – como si importara – del juego como su adquisición.

Experiencias como M.A.G fueron tan poco bien aceptadas que da miedo lanzar un título sin modo off-line. Limitar al uso online es limitar ventas, pero también lo es en apostar en los gráficos en vez de la jugabilidad.

Ni es rompedor, ni es diferente, ni sorprende. Pero gusta y garantiza horas. Así que para muchos la experiencia deja de ser nauseabunda para ir escalando hasta el lugar que merecidamente le ocupa. Ya que Battlefield 3 no es tan mal título como el modo campaña ha querido trasmitir.

Conclusión

Nadie puede culpar a nadie de sus propias decisiones. Pero todos hemos ¿aprendido? Una gran lección. El “hype” no es bueno aunque poco importa si la facturación roza la excelencia. Y es que mientras se escriben estas letras, ya existe comunicado oficial por parte de EA del futuro desarrollo de Battlefield 4.

Esperando así que tras maravillosos vídeos y edulcoradas palabras donde se nos promete el oro y el moro. Se sea capaz de mantener la calma para ser lo más próximo a la prudencia y no esperar más. Pero tampoco esperar menos, que para eso ya existe Damnation²

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¹Referencia clara a la figura del Arquitecto de The Matrix Reloaded de los hermanos Wachowski[↑] ²Pensáis que me he cebado, pues IGN fue todavía más cruel.[↑]