Una investigación de la Universitat Autònoma de Barcelona en España sugiere que las hormonas sexuales masculinas, aumentan la producción de los receptores ACE2 y TMPRSS2 en las células que recubren las vías respiratorias de los pulmones, lo que puede facilitar que el virus infecte el tejido pulmonar en los hombres. Los altos niveles circulantes de dihidrotestosterona (DHT), se asocia con COVID-19 grave. Los medicamentos para tratar las afecciones de la próstata y la calvicie, que reducen la producción de DHT o bloquean los receptores de la hormona, aceleran la recuperación de las personas con COVID-19.
Necesitamos ser conscientes de las consecuencias endocrinas del COVID-19 para los pacientes con diabetes, obesidad o insuficiencia suprarrenal, pero también para las personas con insuficiencia de vitamina D, que es un precursor hormonal ya que después de ajustar los factores de riesgo conocidos, los niveles bajos de esta vitamina son más prevalentes en las personas hospitalizadas con COVID-19 que en la población general y se asocia con una enfermedad y una mortalidad más grave.
La evidencia sugiere que la diabetes y la obesidad son factores de riesgo importantes y de peores resultados y mortalidad en COVID-19 el tratamiento con metformina para la diabetes tipo 2 y estatinas para el colesterol alto se asocian con una enfermedad menos grave y un menor riesgo de muerte, por lo que no deben suspenderse. Las células beta del páncreas, que producen insulina, pueden ser particularmente vulnerables al daño del virus porque expresan una gran cantidad de receptores ACE2. Esto puede explicar en parte los nuevos casos de diabetes después de una afectacion COVID-19 grave.
Además del efecto del SARS-CoV-2 en el páncreas, existe evidencia de que el virus puede dañar directamente las glándulas suprarrenales, pituitarias y tiroideas. El tratamiento de pacientes con afecciones como la enfermedad de Addison, puede requerir un ajuste para abordar los posibles efectos secundarios de las vacunas como la fiebre.