Revista Cultura y Ocio
Encuentro con a.j.finn (la mujer de la ventana)
Publicado el 29 abril 2018 por De Lector A Lector @deLectorALectorHace un par de semanas tuvimos el placer de que visitara nuestra ciudad, Madrid, un autor internacional: Dan Mallory, aunque quizá le conocéis como A.J. Finn, el pseudónimo con el que ha firmado su primera novela La mujer en la ventana, un thriller escrito en primera persona cuya protagonista es una mujer que sufre de agorafobia y que dedica los días a jugar al ajedrez online, a ayudar a gente a través de internet y a espiar a sus vecinos. Lleva una vida aparentemente tranquila hasta que, a través del objetivo de su cámara ve algo que no debería haber visto en casa de sus vecinos. Podríamos decir que es la Ventana indiscreta de Hitchock del siglo XXI.
Inicialmente hablamos de lo que le había llevado a escribir esta novela. A.J. Finn nos contó que él no era de los editores cuya meta es escribir un libro ya que él no tenía una historia que contar. Durante los 10 años que trabajó como editor ya sabía distinguir lo que era una historia real de lo que eran copias de algo que había tenido éxito.
En 2012 se publica "Perdida" y tiene mucho éxito un nuevo género: el thriller psicológico. Él mismo había hecho su doctorado de Oxford sobre Patricia Highsmith que publicaba este tipo de obras. Dan sigue sin una historia que contar hasta un año después, apareció de repente. En verano de 2015 le diagnosticaron bipolaridad y con un cambio de medicación hizo que la depresión que había sufrido durante 10 años, y con la que había probado todo tipo de terapias y técnicas disminuyera, y con ello sufriera una repentina y rápida mejoría. En este momento decidió que quería contar su experiencia pero desde la ficción.
Lo primero que quisimos saber es porqué había escogido una mujer como protagonista siendo él un hombre y con la dificultad adicional de estar escrita en primera persona y cómo había hecho para meterse en el papel.
Nos contó que había tres razones principales: la primera porque normalmente los autores que tienen más cobertura en los medios son hombres y, los hombres escriben normalmente con protagonistas hombres. La segunda es que por lo que en general, en la novela actual, encontramos pocas mujeres protagonistas por sí mismas y menos aún mujeres que no necesitan a un hombre a su lado que las sostenga, mujeres que son protagonistas por sí mismas y en este caso Anna, la protagonista, se salva a sí misma. La tercera razón es que, habiendo vivido él durante los 10 años de depresión parte de las cosas que cuenta, un hombre le iba a resultar demasiado cercano.
En cuanto a escoger la primera persona el motivo fue porque era parte de su propia historia personal y hay pasajes que él mismo ha vivido. En cambio, nos confesó que, la siguiente novela que está escribiendo, la empezó en primera persona y tuvo que cambiar a la tercera.
Además, está escrita en presente porque si escribiéramos en pasado ya podríamos dar por hecho que la protagonista está a salvo mientras que en presente vamos avanzando con ella.
Después, quisimos hablar de la gran presencia que tiene el cine negro clásico en su novela ya que hay numerosas apariciones de películas, a veces incluso descripciones de algunas de las escenas, lo que hará las delicias de cualquier aficionado al género. Nos contó que, por supuesto, había visto todas las películas que aparecen en la novela y que, como se transmite en la novela, le encanta este género. Además, ha aprovechado este recurso para crear atmósfera y para dar pistas al lector que pueda identificar algunas de las películas.
En cuanto a la introducción de la agorafobia, el pánico que siente la protagonista a salir de casa, decidió utilizarla porque hay pocos thriller que hablen de problemas de salud mental. Además, para el que no ha sufrido un problema de salud mental es muy difícil ponerse en el lugar del que lo sufre. Utilizando ese pánico a salir de casa, todos nos podemos poner en su lugar si imaginamos que no podemos salir de un espacio cerrado. Además lo utiliza como una especie de metáfora para la protagonista que está atrapada en su casa y en su mente.
A continuación quisimos hablar del proceso de escritura de la novela. Finn nos contó que tenía clara la historia completa antes de empezar a escribirla. También tenía claras todas las acciones de los personajes durante la novela y no es de los escritores que se dejan llevar por sus personajes sino que intenta mantener la estructura fijada en un principio. De hecho, debido a su experiencia como editor, pensaba que la escritura le iba a resultar un proceso sencillo pero no ha sido así.
Como habíamos hablado al principio, se compara su novela con "Perdida" o "La chica del tren". Los allí presentes no coincidíamos mucho con esta impresión aunque es cierto que esta comparación está ayudándole a darse a conocer. Las novelas nombradas juegan con más de un narrador para introducir "trampas" mientras que él al utilizar un solo narrador tiene que montar una historia que se sostenga.
Además, para él, una buena novela negra no tiene que tener solo el "juego" de descubrir quién es el malo sino que tiene que tener un segundo nivel con personajes profundos, que dejen huella. Este es el caso de La mujer de la ventana en la que lo importante no es solo descubrir qué es cierto y qué no, quién dice la verdad y quién miente sino que también es importante la superación de la protagonista, sus pensamientos y el tratamiento que se hace de ella posibilitando que no sea solo una herramienta sino que sea un personaje al que cojamos cariño y nos deje huella.
Para los aficionados a la gran pantalla, se han vendido los derechos y la película basada en la novela comenzará a rodarse en Nueva York en otoño.
Finalmente, nos confesó que ya está inmerso en la escritura de su siguiente novela y que, al igual que en La mujer de la ventana se ha valido del cine negro clásico. En la próxima ocasión serán Sherlock Holmes y las novelas de Agatha Christie sus referencias.
Para terminar nos dedicó los ejemplares. Damos las gracias desde aquí tanto a Grijalbo, que hizo posible este encuentro, como al autor por prestarse a responder todas nuestras preguntas.