La semana pasada tuve la oportunidad de conocer y charlar con Franck Thilliez en un encuentro para blogueros que, aprovechando su visita a Getafe Negro, organizó Planeta. Los que habitualmente pasáis por aquí sabéis que soy muy fan de este autor al que conocí con El síndrome E y del que, desde entonces, no me pierdo ni una sola publicación, de hecho muy pronto os hablaré de Pandemia, su última novela, así que os podéis imaginar la ilusión que me hacía asistir.
El encuentro tuvo lugar en el restaurante Le Cocó de Madrid y allí Franck Thilliez, con la inestimable ayuda de una fantástica intérprete y acompañado por la responsable de prensa de Planeta Internacional y por su editora en España comenzó contándonos que la idea sobre la que gira toda la trama de Pandemia, los virus, ha estado desde hace mucho tiempo en su cabeza ya que desde siempre le han apasionado las historias de virus, pero quería contarlo de una forma distinta de la que habitualmente se hace y para eso tenía que conocer muy bien el tema por lo que se puso en contacto con el Instituto Pasteur y puso así conocer de primera mano cómo trabajan los científicos en este campo. Quiso, además, que Pandemia versara sobre virus en su sentido más amplio y es por ello que los virus informáticos también tienen cabida en la novela. Cuando elige el tema sobre el que versará cada novela intenta que éste esté presente en todo el libro, así en Pandemia los virus lo están tanto desde un punto de vista médico como informático y son tratados desde una perspectiva científica y policial.Preguntado por qué en las últimas entregas se aprecia un menos protagonismo de Lucie Hennebelle y por qué, en general, la pareja protagonista parece más volcada en su vida familiar, nos comentó que le gusta escuchar a sus lectores y que estos, tras la publicación de Gataca, le pidieron menos oscuridad en sus tramas y que no hiciera sufrir tanto a Sharko y Hennebelle por lo que ha intentado dar un poco más de luz a sus vidas. Además, considera que Sharko es un personaje tan potente que eclipsa al resto y es por ello que tanto en Latidos como en Pandemia, ha dado más protagonismo a otros personajes.
Sobre su método de trabajo nos contó que al contrario que otros autores de sagas, él no sabe qué ocurrirá en entregas siguientes, no está predefinido y no sabe tampoco hasta cuándo continuará con esta serie, lo que sí tiene claro es que no quiere encasillarse, ni sentirse prisionero de sus personajes y es por ello que en Francia, cada dos años, alterna una nueva entrega con otra novela que nada tenga que ver con ella. Novelas de las que en nuestro país solo está publicada Paranoia. Lo que sí planifica Franck Thilliez, antes de sentarse a escribir y tras una documentación que suele ocuparle aproximadamente seis meses, es qué va a ocurrir en la novela a la que se enfrenta en ese momento, tiene una visión global y aunque no sabe cómo terminará, sí sabe lo que quiere contar con el libro y durante la escritura une los distintos puntos que se ha propuesto. A pesar de ello en ocasiones los personajes parecen tomar las riendas y querer ir por otro lado por lo que tiene que reconducirlos.
Los que habéis leído Latidos recordaréis que uno de los temas secundarios que se trataban en aquella novela era el robo de niños en España. Personalmente me sorprendió encontrarme con esto durante aquella lectura así que tenía mucho interés en saber cómo había conocido los hechos y por qué había decidido incluirlos en una de sus novelas. Comentó que para él era un tema totalmente desconocido pero que cuando comenzó a documentarse sobre tráfico de órganos encontró en Argentina a algunos adultos que buscaban a sus padres en España. Le llamó tanto la atención que comenzó a buscar información y se sintió tan conmovido que quiso tratarlo.
No os he contado que en Le Cocó nos dieron una merienda estupenda, con unas tartas riquísimas, así que también dimos buena cuenta de ellas antes de pasar a las firmas y las fotos. Y ya solo me queda dar las gracias tanto al autor como a la editorial por darnos la oportunidad de asistir a un encuentro tan agradable e interesante.