Nos encontramos cara a cara con Javier Lasheras en el Hotel Inglaterra con las escusa de hablar de su novela Las mujeres de la calle luna, una novela que ha sido galardonada con el LXIII Premio de novela Ateneo Ciudad de Valladolid y que aparte de tener un título bastante atractivo y una portada sugerente posee detrás una historia de asesinatos, obras de arte y de personajes como le gusta catalogar a su autor su creación.
De gesto serio, Javier Lasheras pierde esa fachada nada más empezar nuestra conversación, se muestra cercano, te llama por tu nombre y eso es de agradecer cuando llevas varias entrevistas y el baile de nombres comienza a ser numeroso. Posee ciertas dotes de embaucador de la palabra que hace que uno quede hipnotizado con su conversación y su discurso. Un discurso que ha trasladado a la perfección a su novela y que le ha hecho merecedor de ese galardón antes mencionado con una novela muy atractiva y donde uno puede disfrutar de un ramillete de temas muy interesantes alrededor de una trama original y que parten de un detonante bastante curioso que llevó al escritor a tomar un vuelo y saciar su curiosidad en París. Si quieres descubrir cómo empezó todo y que puedes encontrar en Las mujeres de la calle luna os animo a leer todo lo que nuestro encuentro dio de sí.
"Yo definiría mi obra como una novela de personajes antes que como un thriller."
Confundiéndose con los sueños un todoterreno avanzó en paralelo al cauce del río, giró a la derecha y atravesó el Pont Neuf hasta detenerse delante del paso de cebra. Allí parado, al ralentí, la luz del semáforo proyectó sobre las pupilas del conductor un haz de gotas rojas y brillantes, apareciendo y desapareciendo al ritmo del limpiaparabrisas. Desde lo alto, las nubes opulentas se concedieron una tregua, dejando que algunas gotas volanderas demorasen la llegada a su último destino. Pero como todo el mundo sabe lo importante no es la caída, sino el aterrizaje, y al cabo esas gotas de lluvia fueron estrellándose contra la piel dura y fría del asfalto. En pocas palabras: era una noche cruda de invierno, difícil incluso para los perros y los vagabundos más aguerridos.
"Soy escritor y una de las cosas que tenemos que hacer es ser fotógrafo fedatarios del mundo en el que vivimos y eso es lo que he intentado"
Libros en el petate: En primer lugar Javier enhorabuena por el premio.
Javier Lasheras: Muchísimas gracias, la verdad es que estoy encantado con el Ayuntamiento de Valladolid, con la ciudad, con el Ateneo y con el jurado. He sido jurado en otros premios ahora conozco las dos caras de estos eventos.
L.P: Tras leer Las mujeres de la calle luna y viendo esa vena poética que tienes, hay que preguntarte si es Javier Lasheras un escritor emergente de thriller.
J.L: Yo no soy de etiquetas pero esa que me comentas me parece muy sabrosa. Pienso que los géneros desde el Quijote son híbridos y esa es la mayor lección que un escritor puede recibir de los clásicos. Para esta novela yo no quería escribir un thriller lo que ocurre es que cuando vi el cuadro por primera vez lo primero que se me paso por la cabeza fue ir a París y robar el cuadro. Al final terminé delante del cuadro embobado y pensando cómo podía robar esa obra y por qué alguien podía querer tenerlo. Todo el mundo que le gustan los libros quiere tener su pequeña biblioteca en casa y si no puede tenerla pues va a la biblioteca y de ese modo por qué no tener su pequeña pinacoteca y ahí es donde surge toda la historia. Ahora bien, hay una serie de digresiones, es un thriller es verdad, pero hay reflexiones sobre el mundo del arte, de la política, de la actualidad, del fútbol y desde ese punto de vista quién es el que roba ese cuadro y por qué y que posibilidad hay que esa misma persona pueda ser un asesino en serie. Una serie de preguntas que empiezan a sobrevenir y a las que he ido tratando de responder y de sumar incluso más preguntas para que el lector intente preguntarse a sí mismo y encontrar respuestas si cabe.
L.P: Has dicho que hubo un pequeño detonante para que esta historia viera la luz. Puedes contarme con más detalles como surgió ese pequeño detonante.
J.L: El detonante fue que en una consulta con un médico hablando de ciertas cosas me preguntó si conocía el cuadro El origen del mundo de Courbet y yo le reconocí que no, así que al regresar a casa lo busqué y allí encontré una mujer desnuda de cuerpo ambarino que no mostraba el rostro y en su lugar mostraba su sexo abierto y ante ello no pude sino convencerme que es un cuadro que interpela a quien lo mira y tras esto cogí un avión a París, me planté allí y me quedé a mirarlo. Cuando estuve en la sala siete del museo de Orsay lo que vi es que pasaba mucha gente y vi las reacciones que tenían y esa fue la clave que me mostró como escritor que ahí tenía una historia, y un personaje que era este cuadro.
L.P: Tenía que ser este cuadro y no otro.
J.L: Tiene que ser este porque es el primero que vi. Coubert pinta otro cuadro que es El sueño, en el que dos mujeres están acostadas justo después de haber hecho el amor. Esta obra representa la primera historia de lesbianismo en el arte contemporáneo. Es un cuadro que he visto tanto en exposiciones en Madrid y en Oviedo y podría haber sacado una historia de ahí y que se hubiera robado el cuadro en España y no en Francia pero ya no hubiera sido la misma novela francesa ni se hubiera podido contar todo lo que el cuadro nos está queriendo decir. Ten en cuenta que hay un debate, un dialogo entre el cuerpo y el pudor, entre el deseo de quien mira y quien es mirado. Nosotros no conocemos la identidad de esa mujer recostada porque no se ve su rostro con lo cual su pudor queda salvaguardado. Esa dialéctica me interesaba mucho porque el lector podría disfrutar mucho sacando de sí mismo qué es lo que el mira cuando ve a alguien. No es sólo ver el desnudo, es el concepto de mirada, de cómo miramos al otro ya sea por su color, su religión, su sexo y para todo eso este cuadro es fundamental.
L.P: A través del libro y de los comentarios que se vierten del cuadro, nos queda mucho por asimilar tanto culturalmente como en el ámbito social para que un cuadro como este no sea mirado de una forma inquisitorial.
J.L: En efecto es una reflexión que viene muy al hilo y eso es desgraciadamente lo que está ocurriendo y para solucionar eso es necesaria mucha educación aún y hace falta mucha mayor participación de la mujer y hace falta mucha porosidad por parte de los cerebros masculinos para asimilar que el mundo de la mujer tiene una sexualidad entre otras cosas mucho más completa que la del hombre, mucho más desarrollada y esto no significa que estemos juzgando si es mejor o peor, simplemente es que es así y si miramos bien eso aspectos en la mujer quien vamos a salir ganando somos nosotros, no ellas. Esta forma de mirar es muy importante., tenemos que hacer esfuerzos una y otra vez por mirar por ejemplo la historia del arte, la pornografía, la moda y el mundo laboral sobre todo desde un punto de vista femenino.
L.P: Volviendo a París, la ciudad la decides tú o lo decide el cuadro.
J.L: Lo decide el cuadro, una cosas lleva a la otra y París aquí está alejada del tópico.
L.P: Eso iba a preguntarte porque este París no es al que estamos acostumbrados a saber de él y del que todos conocemos.
J.L: No es el París turístico, de hecho no aparece la Torre Eiffel en ningún momento y sin embargo aparece otra torre de la que casi nunca nadie habla que es como un monolito, la tour Montparnasse y aparecen unas calles que son como si habláramos de Sevilla, de barrios como las Tres mil viviendas. Calles difíciles y se hace en un París y una Francia que tiene de actual que se está votando a la presidencia de la República. En el año 2002 aparece por primera vez la figura de Jean Marie Le Pen, hablamos ya de quince años, de una generación pero es que lo que está ocurriendo ahora en Francia, en Europa tiene sus preámbulos en estos años y hablamos de un años 2002 donde el sistema político francés estaba ya corrompido con escándalos políticos y es el inicio del fin del socialismo. Por tanto hablamos de un mapa y de un territorio como París que es el ejemplo vivo de Francia y el libro es una radiografía de una ciudad que nos afecta a todos porque no debemos olvidar que París es una ciudad que nos acoge absolutamente a todos. Yo creo que a nadie le son ajenos los temas que yo he desplegado en esta historia como la Yihad, el fútbol, el arte, la gastronomía, los viajes, todo esto aparece en este libro, se desarrollan y he intentado que todo se coordine y este bien enlazado.
L.P: Mirándolo desde un punto de vista más personal por lecturas que he tenido, aunque cada libro es único, debo reconocer que cada vez se habla más de este tema sobre la política francesa, los hechos que ocurren en París y de cómo está configurada su sociedad y la repercusión que pueden tener estos acontecimientos en la política futura del mundo.
J.L: Pues te felicito por tu lectura y por tus reflexiones porque es lo que iba buscando en el lector cuando escribí mi libro. No había reparado en toda tu reflexión pero al hilo de lo que estas hablando nos estamos encontrando un territorio que puede ser el ejemplo de lo que nos va a suceder y no es extraño ya que París, Francia ha estado siempre a la vanguardia de los derechos humanos, la declaración de los derechos del hombre sucede allí, la Revolución francesa con los valores que todos conocemos de libertad, fraternidad, igualdad suceden allí y creo que a lo que estamos asistiendo es una defensa de una democracia que debe avanzar más y que todo lo que sucede en algún u otro sentido va a pasar también por París.
L.P: Hay que reconocer que en estas últimas elecciones francesas, la gente se ha olvidado por un momento de lo que ocurre en su propio país y ha mirado de forma expectante a los resultados electorales del país vecino.
J.L: París más que nunca somos todos, sabemos que Francia es pieza clave en la construcción de una Europa Unida.
L.P: Me gustaría escuchar de boca del autor una definición del tipo de thriller que has escrito o una definición de tu novela.
J.L: Yo definiría mi obra como una novela de personajes antes que como un thriller.
L.P: Lo que ocurre y perdona que te interrumpa es que los muertos pesan mucho.
J.L: Los muertos pesan mucho, tienes toda la razón pero venimos de algún sitio, no venimos de la nada y yo vivo en Oviedo, pase mi juventud e infancia aquí en Sevilla. Gabriel García Márquez decía que “uno no es de donde vive sino de donde están sus muertos” y en este sentido los personajes tienen un pasado en el cual hay mucho de ficción porque cuando la memoria mira al pasado muchas veces crea recuerdos falsos y nos dejamos llevar por delirios como un error necesario porque necesitamos como seres humanos sobrevivir y no nos lo podemos explicar todo y muchas veces la verdad esta oculta de tal manera que no podemos llegar a ella. Es verdad que en la novela existe por parte del comisario un anhelo hacia su mujer fallecida y la teniente por su parte tiene unos sucesos del pasado que para bien o para mal ha ido omitiendo y cuando uno quiere descubrir quien ha robado un cuadro y se adentra en la fisionomía mental de un psicópata no olvidemos que nos estamos enfrentando también a nuestros propios demonios, a nuestras propias sombras a nuestros propios muertos y en ese sentido creo que no va desencaminado citar esta novela como una novela de personajes.
L.P: Hablamos de Millet y Danglade que son los dos personajes principales aunque luego hay otros con cierta relevancia. Te pido que te mojes y te quedes con uno.
J.L: Yo me quedo con Isabelle Millet, una mujer viva, libre, creativa y muy excitante, y es más te digo que yo que he creado su personaje aún no la conozco.
L.P: Millet también es mi preferida porque pienso que si el comportamiento de ella lo hubiera tenido un hombre estaríamos alabándolo pero en una mujer nos desagrada y tenemos que aprender a que ciertas situaciones deben de considerarse normales y dejar de juzgarlas.
J.L: Tienes razón y esa reflexión viene muy bien al hilo de esta novela porque yo creo la mujer es considerada en ciertos aspectos como una enfermedad en sí misma por culpa de este patriarcado en que se sustentan muchos valores de los hombres. Esto hace que muchas veces las mujeres no vean delante suya a auténticos parteners con los que pueda dialogar sino a simples burros y esto es un problema. En definitiva creo que los hombres debemos trabajar mucho y hacer un verdadero esfuerzo para estar a la altura de las mujeres.
L.P: Cuando creabas la novela ya sabías que tus personajes iban a ser así, enfrentándose pero predestinados a entenderse.
J.L: No lo sabía, lo que si sabía es como eran ellos, lo que ocurre es que yo no soy Dios, solo un creador y hay muchos autores que trabajan con fichas y saben el mapa y la cartografía de los personajes pero yo no trabajo así, lo único que hice fue poner en contacto dos personajes que vienen de situaciones morales distintas y que van a evolucionar al relacionarse entre ellos dos hacia lugares insospechados. Esos lugares insospechados yo los fui descubriendo al tiempo que escribía y si dijera lo contrario estaría mintiéndome a mí mismo.
L.P: Un tema que me ha gustado particularmente es que la novela gira en torno a la figura de la mujer. Es esta una novela para que los hombres que la lean entiendan un poco más a las mujeres.
J.L: Eso espero, para mí el mundo femenino siempre me ha provocado una atracción voraz, tal vez sea por ese punto femenino que creo que tengo. Insisto en mis palabras anteriores, tenemos ante nosotros un ser humano que desconocemos de una forma brutal debido a la forma en la que el hombre ha ejercido el poder históricamente. Este mundo no sólo sería mejor sino que nosotros mismos como hombres seríamos más inteligentes si sumamos con respecto a la mujer en lugar de restar. Las mujeres no tienen que ganar en el plano de la inteligencia, de la personalidad, del psicológico Tienen que ganar en el plano de la igualdad de salarios, de la igualdad de oportunidades. Ojala como tú dices los hombres que lean esta novela sean capaces de reflexionar sobre el papel de la mujer y sobre todo que sepan mirarse en el espejo y saber como miran porque esta es una novela de miradas, es la mirada del autor, de como veo yo el mundo pero es también de como ve el mundo el lector. Yo invito al lector a través de este cuadro a reflexionar de como esta mirando su propio mundo.
L.P: Hablando de los secundarios corrígeme si me equivoco pero creo que has dejado a estos dentro de la novela para que sean ellos los que hablen de un montón de temas cotidianos pero de gran importancia.
J.L: Si pero si te das cuenta, esos secundarios plantean esos temas tal vez de una manera buscada e inacabada hasta cierto punto. Terrorismo, fútbol, corrupción política, inmigración, enfermedades sin cura son muchos temas tratados en el libro pero creo que así consigo hacer una foto fija del momento en el que estamos viviendo. Soy escritor y una de las cosas que tenemos que hacer es ser fotógrafo fedatarios del mundo en el que vivimos y eso es lo que he intentado, no sé si lo he conseguido o no pero espero que los lectores lo puedan ver así.
L.P: Yo creo que los que te lean, al menos van a pararse a pensar en esas cuestiones que tú has incluido en el libro.
L.P: Para finalizar este premio te ha condicionado a futuros trabajos que tuvieras pensado.
J.L: No, más bien los ha paralizado porque como es normal, un premio tiene cierta liturgia de promoción con la que hay que cumplir pero bienvenido sea todo esto. Cuando lo retome adelanto que es una historia que se desarrolla en Sevilla y que termina en una ciudad europea que empieza con S. No va a ser un thriller porque haya ganado el premio con este género pero sin lugar a dudas voy a esforzarme en realizar ese trabajo.
L.P: Javier todo un placer conocerte y leerte
J.L: El placer es todo es mio de participar en una conversación tan amena e interesante como esta.