Aunque con muchísimo retraso por mi parte, aquí os traigo el encuentro que tuvo lugar a finales de enero con el escritor novel Joaquín Camps.
Antes de nada, os cuento un poquito de él. Joaquín Camps es un profesor de Economía en la Universidad de Valencia. Se decidió a escribir esta novela cuando la idea empezó a tener forma en la cabeza y ya no le dejaba ni a sol ni a sombra.
Joaquín me dio la impresión de ser un hombre agradable, sincero, risueño y luchador (no se llega a ser profesor de Universidad solo respirando). En todo momento contestó a nuestras preguntas y no se mostró reticente para nada.
Tras contarnos algunas cosillas de su vida personal, vino el turno de preguntas sobre su novela.
El encuentro se hizo en la Librería Blanquerna, y hay una razón para que se celebrara en este lugar. El autor nos contó que había elegido ese sitio porque Víctor, el protagonista del libro, se aloja en el ático de ese edificio durante su estancia en Madrid.
Cuando le preguntamos cuáles eran los elementos de la novela y si se había basado en algo real o de su vida para escribirla nos contestó que La última confidencia del escritor Hugo Mendoza es "una recombinación de situaciones vividas por mí". Para él, su novela no puede estar encasillada en un solo género, ya que tiene un poco de todo: reflexión moral y personal, trama amorosa, denuncia social y novela negra. En general, él considera que su novela tiene una lectura muy fresca y dinámica.
Le preguntamos también si había hecho un plan, un guión, para escribir su novela, o si se había dejado llevar por la idea inicial y había escrito y escrito sin parar. Nos contestó que él es muy organizado, así que sí hizo plan: primero hizo el argumento y después la estructuración de la trama, y cuando lo tuvo todo ordenado, se dispuso a escribir. Nos contó que aunque es organizado y la novela tenía estructura, no es rígido y se adaptó a lo que la novela le pedía. Nos aclaró que él escribe para disfrutar, sin objetivos concretos, solo y únicamente disfrutar. Personalmente, creo que cuando un autor escribe para su disfrute personal, logra un trabajo tan bien hecho que el disfrute que ha sentido lo transmite a los demás.
Siempre nos preguntamos si un autor se convierte en álter ego de alguna manera en su propia novela. Cuando lees la sinopsis de La última confidencia del escritor Hugo Mendoza, y luego lees la pequeña biografía que hacen del autor en las solapas del libro, no puedes evitar preguntarte si Víctor es un álter ego de Joaquín. Él dice que no es exactamente así, pero que es imposible que un autor no aparezca de un modo u otro en la novela; nos dijo que siempre había algo de él en los personajes del libro y que "Víctor tiene cosas mías, pero no soy yo".
Siendo un libro con tantas páginas, le preguntamos si no tenía miedo de que, siendo su primer libro, disgustara o no llegara a enganchar, a lo que él respondió que las 50 primeras páginas están escritas a conciencia para enganchar, y que son las que más trabajo y miró, y corrigió y reformó para que gustaran y llamaran al lector para seguir leyendo sin parar. Por lo que he podido ver en las reseñas que han ido publicando mis colegas, lo consigue con creces, porque la mayoría se lo ha leído en un abrir y cerrar de ojos.
Por último, le preguntamos si le había resultado difícil perfilar a los personajes (hay varios en la novela), y nos dijo que no, que lo que más le había costado en ese sentido fue hacerlos creíbles para los lectores.
El encuentro estuvo genial, nos lo pasamos bien, y como siempre, la organización de Planeta estuvo muy atenta con nosotros, ya que dispuso una mesa con comida y bebida y charla antes y después del encuentro. Me encanta que miren tanto por nosotros y por los autores, y que hagan posible este tipo de encuentros entre autores y lectores, nos acerca mucho más a la lectura y al mundo literario. Mil gracias a Isa Santos, de Planeta, por invitarme a este maravilloso encuentro, y por ser tan profesional y atenta con todo el mundo.