El miércoles pasado, Suma de letras organizó un encuentro de bloggers con Merche Murillo (una de las autoras de Instant Karma) en la sede de Penguin Random House en Barcelona. A pesar de que este blog no es mío, ninguna de sus dos autoras vive en aquí, así que fui yo el que acabé en la sede editorial como corresponsal de guerra de Detrás del Conejo Blanco.Aunque al principio me daba un poco de miedo aparecer por allí, confieso que a día de hoy me arrepentiría de haber rechazado la invitación.
El encuentro propiamente dicho duró poco más de una hora. A él asistieron unas 12 personas propietarias de diversos blogs literarios, así como el editor de Wendy Davies, dos responsables de prensa y, obviamente, la encantadora Merche Murillo. Ubicados en círculo, la reunión se desarrolló más como un encuentro entre amigos. A destacar el excelente trato que nos dispensaron (con merienda incluida) y la cercanía de la autora, que no podía mostrar más agradecimiento por vernos ahí.
Yo no soy de hablar (me da mucha vergüenza cuando no conozco al resto), así que me dediqué a escuchar con fascinación todo lo que contaba Merche. Nunca he hablado con nadie que haya conseguido publicar un libro, y en este caso me producía mucha curiosidad el saber cómo se organizan ella y Fátima para escribir un mismo libro y que apenas se perciba que son cuatro manos las que teclean. La duda quedó respuesta nada más empezar la charla: una escribe, la otra escribe encima y, más tarde, la primera vuelve a escribir. Además, y como curiosidad, Fátima (la de los finales felices) hasta Instant Karma siempre había “encarnado” a las protagonistas femeninas, mientras que Merche (la macabra) había hecho lo propio con los chicos; en este libro intercambiaron los papeles, y fue Merche la que decidió el final de una historia que tiene mucho de ella.
Merche confesó que Rin está inspirado en una personita muy importante para ella, así como también confesó entre risas que tiene muchas de las manías de Via: ella también cree en el karma y, como su personaje, también tiembla cada vez que algo bueno le sucede, esperando a ver cuál será la desgracia que viene. También es anecdótico el hecho de que Diana (la madre de Rin) es muy parecida a su propia madre. Tanto es así que para una de las tiradas de cartas del libro, Merche “obligó” a su madre a echarle las cartas en la realidad.
Dejando a un lado lo que se dijo, voy a hablar de lo que pude ver: vi a una chica ilusionada y entusiasmada con la idea de que pudiéramos estar allí solo para verla a ella. Agradable, cercana y cariñosa. A su vez, también el editor y las responsables de prensa se mostraban fascinados por el hecho de que todos fuéramos tan jóvenes, y mostraban un interés sincero por saber de nosotros, de porqué leíamos, qué leíamos, qué pensábamos del trato dispensado por las editoriales y, lo más importante, valoraban nuestra opinión y las críticas que vertimos en blogs como este en el que estoy escribiendo.
Tras la charla, Merche se dedicó a hacerse fotos con nosotros y a firmar ejemplares, tanto personales como destinados a ser sorteados en blogs (estos últimos regalados por Suma de letras). Por un momento pensé en pedirle que firmara mi ejemplar como si fuera destinado a ser sorteado aquí, en Detrás del Conejo Blanco… pero en el último momento me lo pensé mejor, sabiendo que me arrepentiría de separarme de un libro como este. No soy fan de historias de amor y amistad (soy mucho más de sangre y destrucción), pero la verdad es que Instant Karma me ha encantado. Ningún libro es perfecto, claro, pero en este caso todo aquello que no me gustó queda opacado por el cariño con el que está escrito. Además, creo que Rin, un chico que es mucho más que el Asperger, puede ayudar muchísimo. Una pena que no se lleven a la pantalla historias así, y una pena también que no se lean en colegios libros con esta cantidad de lecciones.
Y hasta aquí llegó un encuentro que repetiría con los ojos cerrados. Agradecer a Suma de letras la oportunidad y, obviamente, a Merche por su presencia.