El nene quería otro libro, uno de los que figuran en la contraportada. Bueno, le decía la mamá, cuando pase de nuevo el muchacho te lo compro. El muchacho, o sea yo, se demoraba y el nene seguía preguntando. Un día el muchacho volvió, un poco tarde pero volvió: quince años tiene ya el nene.
La mamá y el muchacho se ríen con la historia. Y la mamá, como si el tiempo no hubiera pasado, le compra otro libro al nene.