Título: Enda
Autora: Toti Martínez de Lezea
Editorial: Erein
Año de publicación: 2014
Páginas: 464
ISBN: 9788497469388
Decimoquinta
novela que leo de Toti Martínez de Lezea
y es sin duda la que menos
he disfrutado de todas. Ni siquiera sabía que la autora vitoriana
iba a publicar nueva novela, así que cuando descubrí Enda
me llevé una sorpresa y una alegría. Sorpresa que se incrementó
cuando leí la sinopsis. El género por excelencia de esta escritora
es la novela histórica, así que que en esta ocasión se atreva con
la fantasía es toda una novedad que, en mi caso, me creó mucha
curiosidad y unas altas expectativas que no han llegado a cumplirse
del todo.
Enda
es una mezcla de géneros, ya que combina la Historia con la
fantasía. Nos traslada a un pasado muy lejano del País Vasco,
cuando lo único que existía eran las tribus, que tenían que hacer
frente a los invasores que continuamente las querían conquistar,
someter y obligarles a renunciar a su lengua, sus costumbres, sus
tradiciones y sus creencias.
El
escenario de esta historia es Tierra de Enda y la protagonista
Endara, una joven huérfana, solitaria, especial, a quien todos
rechazan y señalan, ya sea por miedo o por admiración. Es menuda,
frágil, débil, vulnerable, pero solo en apariencia. Tiene un don,
aunque ella no lo sepa, por eso emprende un largo camino para
descubrirlo y descubrirse a sí misma.
No
he terminado de congeniar con ella, no me ha caído ni bien ni mal,
me ha dejado un poco fría, distante, y lo mismo me ha ocurrido con
la mayoría de los personajes. Y hay muchos, muchísimos, demasiados
para mi gusto. El único que me ha llegado es Ozen, el gentil.
A
lo largo de toda la novela me ha costado saber quién es quién, por
el gran número de personajes y también por sus nombres. Ihabar,
Garr, Ozen, Baladaste, Atta, Igari, Tala, Gontran, Unmarilun
Elanoa... Si a eso le sumamos los nombres de las ciudades y de las
tribus, apaga y vámonos. Por lo menos yo me he hecho un lío que no
os podéis ni imaginar.
Al
margen de la cantidad y de sus nombres, creo que lo que más falla en
los personajes es la profundidad, no están bien definidos ni
perfilados. No me han resultado creíbles ni verosímiles. Y lo mismo
sucede con la trama. Una trama que en muchos momentos me ha costado
saber hacia dónde iba. Esta es la historia de las tribus, de sus
enfrentamientos, entre ellas y contra los invasores. Hay guerras,
destrucción de ciudades, muertes, venganzas, odios, rencores,
conquistas... y poco más.
No
sé muy bien cómo explicarlo, pero todo se queda en la superficie,
sin profundizar, sin ir más allá, sin desarrollar una trama, una
historia, una idea que es muy buena pero que, sin embargo, la autora
no ha sabido desarrollar ni tratar como se merecía. Es una sensación
mía, pero quizá no se ha sentido cómoda al salirse de su estilo
habitual, al cambiar de registro. Eso es al menos lo que me ha
transmitido a mí.
Creo
que esta no es una historia para esta autora. Por un lado nos habla
de una época oscura, dura, salvaje, brutal, cruel, y por otro lo
hace con un estilo demasiado suavizado y edulcorado, por lo que no
consigue transmitirnos y hacernos sentir lo que nos está narrando.
Una
novela coral que nos habla de lealtades y traiciones, de servidumbre
y libertad, pero en la que también tiene un peso muy importante la
mitología vasca, con personajes como la Diosa Amari, Inguma el
Tenebroso o los gentiles. Y hasta dragones. No os voy a engañar, lo
de los dragones me ha chirriado muchísimo, imagino que será por la
falta de costumbre...
Siendo
sincera, tengo que reconocer que sí, que tal vez la historia sea
entretenida, pero ni mucho menos adictiva ni sorprendente. Todo lo
contrario, a mí me ha parecido bastante predecible. Tal vez los
lectores más aficionados a la fantasía disfruten más con esta
novela. No lo sé. Pero, desde luego en mi caso la Tierra de Enda no
ha sido como esperaba...
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