Enemigo público (1998) – ha sabido envejecer

TÍTULO

Enemigo público

REPARTO

Will Smith, Gene Hackman, Jon Voight, Lisa Bonet

SINOPSIS

La feliz vida familiar y la brillante carrera del abogado Robert Clayton Dean están a punto de desmoronarse, cuando llega a sus manos una cinta de vídeo que contiene imágenes del asesinato de un miembro del Congreso de los Estados Unidos, en el que aparecen involucrados agentes del Gobierno.

Como estoy medio poco y tirado en el sofá, no me apetecía ver nada 'nuevo' para no perderme nada potencialmente interesante, así que la mejor opción era ver una película que ya hubiera visto para no tener que hacerle demasiado caso. La elegida hoy ha sido Enemigo público, de 1998.

Continúo tras el salto.

Tony Scott, Will Smith y Gene Hackman se funden en una orgía de acción, thriller y estupideces pseudo-técnicas para crear una película entretenida. Muy larga, pero entretenida. Ideal para una tarde de thriller junto con Conspiración (1997), de Richad Donner con Mel Gibson.

A los 132 minutos 11 segundos, le sobran esos 32 minutos y 11 segundos. No sólo añaden escenas de 'paisaje y contemplación' innecesarias, sino que más extrañamente, añaden escenas de acción que no aportan nada de nada. Lo peor, o más extraño, es que a partir de los 3/4 de película, ésta comienza a acelerar e ir 'directa al grano'. Se agradece, pero debiera ser mucho antes.

Mucha cámara rápida, mucha persecución y huida, mucha violencia de planos, que mezclado con otras partes de tranquilidad y parsimonia, sólo consiguen marear y desconcentrar de la historia principal.

Ojo, con todo esto negativo, la película sigue siendo un thriller cojonudo; pero cojonudo de verdad. Una trama muy guay, unos personajes muy bien definidos y un guión bien estructurado.

Hoy en día, más de 15 años después de su estreno, sigue sin ser una historia predecible (aunque hayas mamado mucho thriller); sólo a medida que pasa la película es cuando nos decimos 'ya me lo imaginaba', pero sabes que es mentira... lo dices para quedar bien y no parecer muy parvo.