A principios del siglo XX un equipo de científicos dirigidos por
Nikola Tesla construyó una torre metálica de
30 metros de altura con el objetivo de utilizarla para comunicaciones de radio a larga distancia y para la transmisión de
energía eléctrica de forma inalámbrica. La
torre llamada Wardenclyffe no llegó a ser completamente operativa debido a diversos problemas técnicos y económicos.

En la actualidad dos científicos rusos,
Serguéi Plejánov y
Leonid Plejánov, han retomado la idea y están recaudando fondos para volver a construir la Torre de Tesla. El proyecto está publicado en
Indiegogo, el mayor sitio de recaudación de fondos del mundo. El hecho de poder
enviar energía eléctrica por el aire, sin la necesidad de cables supondría una
auténtica revolución. Tal y como explican, el sol que calienta el desierto del sáhara en una hora proporcionaría energía
para todo el planeta durante un año.
La idea consiste en capturar energía
por medio de paneles solares y convertirla en ondas electromagnéticas que se enviarían
a través de las capas altas de la atmósfera a otra antena situada en cualquier otra parte del mundo. Una vez en el destino esas ondas se transforman de nuevo en energía eléctrica lista para utilizar.

Si esto llegara a funcionar correctamente se podrían situar este tipo de
estaciones en el espacio, donde la intensidad de la luz solar es continua. Además incluso sería posible transmitir directamente esta energía a diferentes consumidores finales. Imagina un
futuro automóvil que fuera capaz de recibir y procesar esta energía. Tendría una
autonomía ilimitada, en cualquier lugar del mundo.
Si deseas más información sobre el tema puedes encontrarla en la página de
Global Energy Transmission.