Como inauguración de la sección eu:KIDS queremos enseñaros un elemento de elaboración propia. ¡El carrusel de la energía ya es real!
El proyecto surgió gracias a la invitación del Centro de Artes Visuales de Dordrecht (CBK) y la oficina holandesa Carve.nl para que diez equipos participasen en el diseño de la nueva plaza Governeursplein de la ciudad de Dordrecht. La convocatoria llamaba a reflexionar sobre la relación entre los niños y la ciudad, imaginando un objeto lúdico, creativo y no convencional que se pudiera instalar en el parque. Ecosistema Urbano ganó el concurso con la propuesta “Energy Carousel” (el carrusel de la energía).
El carrusel de la energía es una estructura tensada de cuerdas y columpios colgantes que permite a los niños aprender, mediante el juego, métodos alternativos para la obtención de energía, partiendo de su propia experiencia física. Como un bosque de cuerdas suspendidas a distintas alturas, los columpios centrales sirven de asiento a los niños más pequeños, mientras de las cuerdas más altas los niños mayores corren, saltan y giran generando energía.
La energía cinética liberada por los niños se almacena en una batería bajo la plataforma central. Cuando oscurece, la batería suministra iluminación a la estructura, que cambia de color en función de la cantidad de energía generada. El color de la iluminación se convierte, de este modo, en un indicador de la “energía infantil”, legible como cantidad de juego o por nivel de carga de la batería.
El uso eficiente de materiales y dispositivos se corresponde también con el diseño pedagógico del proyecto. La iluminación LED RGB consume una cantidad mínima de energía. La estructura es un tensegrity de cuerdas con alma de acero y textiles que, a diferencia de la mayoría de las estructuras lúdicas para niños, emplea una cantidad óptima de elementos estructurales. Finalmente, la cubierta textil de 8m de diámetro protege a los niños del sol o la lluvia y refleja a la vez el color de la iluminación.
Nos gusta pensar en este “objeto lúdico” como algo reproducible en muchos otros espacios públicos más que como una obra única, siendo esta la primera versión de (esperamos) muchas otras en las que podamos ir afinando el diseño, el funcionamiento y la experiencia que proporciona.
Creemos que gracias a proyectos como este, que hagan énfasis en la pedagogía de lo ecológico, podemos enviar a la próxima generación de ciudadanos un sutil mensaje sobre ese otro urbanismo posible, potencialmente más creativo y sostenible.
Si os pilla de paso, esperamos que lo probéis ¡y nos mandéis vuestras fotos volando en círculo!