Enfermedad de Alzheimer y el uso de psicodélicos

Por Davidsaparicio @Psyciencia

Se han hecho muchas investigaciones que comprueban los potenciales beneficios de los psicodélicos en la psicoterapia. Sin embargo, una  investigación reciente señaló el novedoso efecto de los psicodélicos en pacientes con enfermedad de alzheimer (E.A) grave, específicamente durante los episodios de lucidez terminal. 

Esta etapa se refiere a episodios inesperados donde las personas con demencia severa recuperan temporalmente ciertas habilidades cognitivas – la expresividad emocional, la recuperación de la memoria y la comunicación clara – y suele ocurrir poco antes de la muerte.

Históricamente se asumía que, una vez dañados los patrones neuronales en la E.A, el deterioro cognitivo es permanente y las conexiones neuronales no pueden repararse. Sin embargo, la lucidez terminal sugiere que, aunque las vías dañadas no se regeneren, el deterioro cognitivo podría ser reversible de manera temporal gracias a la formación espontánea de nuevas conexiones neuronales. Estas conexiones restauran parcialmente la conectividad de las redes neuronales, facilitando así una reaparición de funciones cognitivas.

La evidencia también apunta a que se pueden establecer nuevos circuitos neuronales, donde las sinapsis funcionan como puntos de inicio para rodear las áreas dañadas y restaurar temporalmente las funciones originales.

Los psicodélicos, como tipo de droga, poseen un alto potencial para reconfigurar el cerebro. Por ejemplo, la N,N-dimetiltriptamina (DMT), un alucinógeno natural, ha mostrado reducir la acumulación de β-amiloide (Aβ) en el hipocampo y la corteza prefrontal. Además, mejora el deterioro cognitivo al restaurar la comunicación entre el retículo endoplásmico y las mitocondrias, mediada por el receptor Sigma-1.

El ácido lisérgico dietilamida (LSD), por su parte, ha demostrado ser una opción viable para mejorar la neuroplasticidad. Este alucinógeno promueve el crecimiento de espinas dendríticas y sinapsis, y eleva los niveles del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF). Además, los psicodélicos influyen en la meta-plasticidad (la capacidad del cerebro para modificar su propia plasticidad), lo que permite regular los umbrales para fortalecer o debilitar la sinapsis en función de factores ambientales y actividad neural.

Este proceso permite “reabrir” períodos de plasticidad cerebral, ventanas que normalmente solo están disponibles en las etapas iniciales del neurodesarrollo, cuando el cerebro es más receptivo a estímulos externos. En pacientes con demencia severa, como aquellos con E.A, estas ventanas ofrecen una oportunidad única para aprender durante las intervenciones conductuales y formar nuevos circuitos neuronales que restauren funciones.

Aunque los pacientes con Alzheimer grave suelen tener una capacidad de aprendizaje reducida, las microdosis de psicodélicos han mostrado beneficios específicos al facilitar estados de alta plasticidad. Para lograr cambios duraderos, es esencial combinar estas sustancias con aprendizaje y terapia estructurada. Este enfoque integrado puede ayudar a mejorar funciones de memoria y adquisición de conocimientos.

Sin embargo, se necesitan más estudios para asegurar la eficacia y seguridad del uso de psicodélicos en pacientes con E.A, considerando también los riesgos potenciales. Aunque las microdosis no generan alucinaciones ni alteran significativamente la conciencia, sí pueden impactar positivamente las funciones del cerebro cuando se combinan con estrategias adecuadas.

Referencia:  Lin, C., Du, X. & Wang, X. A perspective on Alzheimer’s disease: exploring the potential of terminal/paradoxical lucidity and psychedelics. Mol Neurodegeneration 19, 72 (2024). https://doi.org/10.1186/s13024-024-00761-5