Revista Salud y Bienestar
Mientras siguen las investigaciones sobre el Alzheimer, familiares y cuidadores son los verdaderos protagonistas. El 88% son mujeres, de las cuales, un 52% tienen más de 60 años. Y la tarea no es fácil, ni en términos psicológicos ni económicos: asumen los cuidados y el elevado coste de los mismos, que alcanzan los 30.000 euros al año, según la Asociación Nacional de Alzheimer. Un estudio de la Fundación Alzheimer España precisa que el 30% de los ex cuidadores de uno de estos enfermos mantiene el tratamiento con psicofármacos que se les recetó antes del fallecimiento del paciente.
De estos datos se desprende el importante papel que ejercen estas personas, que dedican una media de 125 horas semanales (casi 18 horas al día) al cuidado de su familiar enfermo durante seis años consecutivos. La mayoría de ellos, según el estudio, tienen un peor estado de salud físico y mental que el de la población en general. Entre otros aspectos, los cuidadores se consideran poco preparados para afrontar la pérdida del paciente, por lo que el estudio subraya la necesidad de trabajar para que puedan enfrentarse a un duelo muy específico de esta enfermedad.
Los principales síntomas que muestran los cuidadores son emocionales, como ansiedad, depresión, irritación o manías obsesivas; psicosomáticos, como insomnio, anorexia, taquicardia, dolores generalizados, acidez, mareos, fatiga crónica o alopecia; una mayor facilidad para contraer enfermedades orgánicas; problemas de conducta, como detrimento del autocuidado, aislamiento, pérdida de amistades y de trabajo o abandono del cuidado a otros miembros de la familia. Incluso se puede llegar a lo que se conoce como síndrome "burnout" o desgaste ocupacional, en el que el cuidador se muestra completamente agotado y sin fuerzas para seguir.
**publicado en "Eroski Consumer Salud"
De estos datos se desprende el importante papel que ejercen estas personas, que dedican una media de 125 horas semanales (casi 18 horas al día) al cuidado de su familiar enfermo durante seis años consecutivos. La mayoría de ellos, según el estudio, tienen un peor estado de salud físico y mental que el de la población en general. Entre otros aspectos, los cuidadores se consideran poco preparados para afrontar la pérdida del paciente, por lo que el estudio subraya la necesidad de trabajar para que puedan enfrentarse a un duelo muy específico de esta enfermedad.
Los principales síntomas que muestran los cuidadores son emocionales, como ansiedad, depresión, irritación o manías obsesivas; psicosomáticos, como insomnio, anorexia, taquicardia, dolores generalizados, acidez, mareos, fatiga crónica o alopecia; una mayor facilidad para contraer enfermedades orgánicas; problemas de conducta, como detrimento del autocuidado, aislamiento, pérdida de amistades y de trabajo o abandono del cuidado a otros miembros de la familia. Incluso se puede llegar a lo que se conoce como síndrome "burnout" o desgaste ocupacional, en el que el cuidador se muestra completamente agotado y sin fuerzas para seguir.
**publicado en "Eroski Consumer Salud"
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