Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en los países desarrollados. En España, aunque la mortalidad por enfermedad cardiovascular ha disminuido en las últimas décadas, continúa siendo la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en varones, después de los tumores. Sin embargo, la evolución en los últimos años muestra que la lucha contra estas enfermedades ha dado resultados en unos casos y ha permitido identificar problemas nuevos en otros.
La mejor detección y tratamiento de la hipertensión arterial, el colesterol elevado y la diabetes, todos ellos factores que aumentan la probabilidad de provocar una enfermedad cardiovascular, ha conseguido una estabilidad en la aparición de nuevos casos. También ha influido en el mismo sentido la puesta en marcha de medidas dirigidas a concienciar sobre los efectos perniciosos del tabaco y a disminuir el número de personas fumadoras.
El infarto agudo de miocardio (IAM) continúa siendo más frecuente en varones en todos los grupos de edad ya que las mujeres se afectan en el mismo grado pero 10 años más tarde. En la última década ha disminuido la mortalidad de pacientes con infarto agudo de miocardio que son atendidos en los centros sanitarios debido a una mejor organización de los sistemas sanitarios, incluyendo la atención y transporte urgente, como a los avances en el tratamiento. Sin embargo,
hay aún un elevado porcentaje de pacientes que mueren antes de llegar al hospital por lo que la prevención resulta de importancia primordial.
Está aumentando el número de personas que sufren insuficiencia cardiaca, es decir, que tienen un corazón dañado que ya no es capaz de cumplir con la función de bombear sangre en cantidad suficiente para todo el organismo. Esta enfermedad en más frecuente en edades avanzadas y su aumento es consecuencia de una mayor supervivencia general de la población pero principalmente de los avances en el tratamiento que ha conseguido que los pacientes vivan más tiempo. Además, el mayor conocimiento de los efectos de los medicamentos y la aparición de nuevos aparatos como los desfibriladores o unos marcapasos especiales llamados resincronizadores han conseguido que los pacientes no solo vivan más sino mejor.
Hay un descenso de las enfermedades que afectan a las válvulas del corazón, excepto la estenosis (estrechez) de la válvula aórtica que es consecuencia de la degeneración de la válvula que se produce con la edad y que en algunas personas llega a ser tan grave que necesitan ser operadas. En este sentido,
en los últimos años se han desarrollado válvulas artificiales que pueden ser colocadas en el corazón sin necesidad de operación en pacientes para los cuales la cirugía tiene un riesgo elevado.
En la última década ha aumentado el conocimiento sobre las enfermedades del corazón de origen genético que provocan la aparición de arritmias graves y la muerte repentina incluso en personas jóvenes y deportistas con un corazón aparentemente normal. No solo conocemos mejor esas enfermedades sino que tenemos más medios para combatirlas.En el capítulo de las alteraciones del ritmo del corazón, es cada vez más frecuente la fibrilación auricular que también aumenta con la edad, no es generalmente grave pero precisa cuidado y seguimiento. Igual ocurre con la utilización de marcapasos para tratar situaciones en las que el corazón va demasiado lento y provoca mareos o desmayos.
En resumen