Enfermeros y trabajadores del metro y de la Justicia se plantan en Portugal

A pesar de la mejoría de los datos macroeconómicos, las políticas de ajuste siguen vigentes en Portugal y los trabajadores de diferentes sectores no dejan de convocar huelgas como medida de presión al Gobierno.
Hoy mismo el paro de los trabajadores del metro de Lisboa obligó a la suspensión total del servicio suburbano en la capital durante 24 horas, mientras los enfermeros lusos de todo el país celebraban su segundo día consecutivo de movilización, y los funcionarios de Justicia se preparaban para seguir sus pasos este viernes, informó Efe.
Las huelgas son un recurso habitual en Portugal para mostrar el rechazo a las políticas de ajuste, una tendencia más pronunciada si cabe desde la llegada al poder del actual Ejecutivo conservador, en junio de 2011, coincidiendo con el momento álgido de la crisis económica y la petición de rescate financiero a la troika de acreedores internacionales.
Medios nacionales cuantificaban hoy en más de 200 las jornadas de huelga -la inmensa mayoría sectoriales y parciales- realizadas en Portugal durante los últimos tres años, lo que arroja una media de una cada cinco días, aproximadamente.
De todas ellas apenas cuatro fueron generales y tuvieron resultados desiguales en función del sector, con amplio impacto en los transportes y el sector público pero escasa repercusión en el comercio y las pequeñas y medianas empresas.
La persistencia de los sindicatos a la hora de convocar paros es objeto de polémica en el país, con un Gobierno que lamenta la "banalización" de este recurso y unos trabajadores que defienden esta vía como método de presión.
"La mayor parte de las personas nos entienden, ya que también están afectadas por las medidas de ajuste y el empobrecimiento generalizado de la sociedad", terció en declaraciones a Efe el portavoz de la Federación de Sindicatos de Transportes y Comunicaciones (Fectrans), José Manuel Oliveira.
Durante el día de hoy, en diferentes puntos de la capital se observaban largas filas en las paradas de autobús urbano -pese al refuerzo del servicio- e incluso era difícil encontrar un taxi libre como consecuencia de la huelga de metro.
"Es verdad que hay personas descontentas o insatisfechas por nuestras manifestaciones, pero desde un punto de vista global sentimos comprensión", insistió Oliveira.
El suburbano lisboeta es un caso de alta frecuencia de huelgas y sólo en los últimos doce meses se registraron once. Los trabajadores alegan que con ello pretenden protestar contra los intentos de privatización de la empresa y la reducción de sus salarios, mermados por los cortes decretados a todos los funcionarios públicos.
"Se convocan muchas huelgas, sí, pero hay una situación desde el punto de vista social que se agrava todos los días. El Gobierno promete que ya se ve luz al final del túnel, pero nosotros no vemos ni luz ni túnel, no vemos que todos los ajustes conduzcan a una mejoría del país", recalcó.
La misma opinión comparten los enfermeros portugueses. La falta de efectivos en los hospitales les lleva a aumentar sus turnos y les impide poder tomarse días libres, según denuncian.
Los sindicatos hablaron de un seguimiento en esta huelga de 48 horas superior al 80 %, lo que motivó aplazamientos de cirugías y el cierre de servicios de enfermería en diferentes centros de salud repartidos por todo el país. Fuentes del Ejecutivo no dieron cifras de participación, aunque calificaron estos números de "fantasiosos".
Hoy mismo varios centenares de profesionales de la salud se concentraron frente a la sede del Ministerio de Sanidad en Lisboa para exigir la contratación de más personal, la reducción de jornada -subió de 35 a 40 horas semanales- y una mejora de los precios por horas extras y nocturnidad, que ya sufrieron recortes.
Reclamaciones y quejas similares motivan la huelga convocada para mañana por el Sindicato de Funcionarios Judiciales, que advierten del déficit de profesionales y su efecto pernicioso en el funcionamiento de los tribunales.
En un contexto de reiterados actos de protesta, en el país han surgido iniciativas curiosas como la aparición de una aplicación para el móvil, llamada "¿Hay huelga?", que informa a los ciudadanos de qué colectivo profesional decide parar ese mismo día.