Revista Cultura y Ocio

Enfermos terminales para ahorrar

Publicado el 14 octubre 2014 por Albilores @Otracorriente

enfermos terminales

La Generalitat de Cataluña, dentro de un plan llamado Programa de Prevención y Atención a la cronicidad, ha tenido la brillante idea de obligar a los médicos a “marcar” como si de reses se tratara a los enfermos terminales en una de las acciones más vejatorias, crueles e inhumanas que se recuerdan, y mira que hay en estos últimos años. Los profesionales del sistema sanitario catalán ya han elaborado un informe expresando su desacuerdo con el método.

En los informes médicos que deben rellenar los profesionales de la salud se incluye desde hace meses la pregunta: ¿Le sorprendería que este paciente muriera en los próximos 12 meses? En caso afirmativo, la respuesta condicionaría los tratamientos, lo cual nos lleva a una de las acciones más sucias y rastreras, además de faltar al respeto y atentar contra la dignidad de los ciudadanos, que un organismo público puede causar a una persona y que es un paso más en la violación del derecho a la vida que se está llevando cabo desde los gobiernos autonómicos y estatal.

Aparte del asco que personalmente puede causar en un médico que deba responder a semejante barbaridad, se le obliga a realizar un diagnóstico incierto a priori que sin duda condicionará el tratamiento que el paciente recibirá en los próximos meses y que, en caso de respuesta afirmativa, podría acelerar la muerte del enfermo, lo que sería un caso de homicidio más o menos premeditado, ya que, por mucho que el médico intuya el tiempo de vida que le quede a un enfermo terminal, no es , desde el punto de vista profesional, sino un mero juicio de valor carente de todo fundamento médico, además de que desde el punto de vista ético es vergonzoso que se tenga que responder a una pregunta como ésta.

La finalidad de la Generalitat es puramente económica ya que lo que se busca es que esos pacientes, si han sido marcados como enfermos terminales acaben siendo dados de alta y mandados a sus domicilios, justificando esa decisión en que es mejor para un enfermo que no tiene solución estar en casa con su familia; exactamente la Generalitat lo llama “reducción de acciones innecesarias”. De vergüenza, como para que los médicos no se opongan a esta práctica.

Por supuesto, lo busca el Gobierno catalán, igual que su enemigo el español, es ni más ni menos que el ahorro en tratamientos, pruebas médicas, medicamentos, etc. Y, si puede ser, que dejen una cama libre. No cabe la menor duda de que, además de la falta de respeto, se podría entender esta práctica como una coacción clara al personal médico para dejar a estos enfermos terminales olvidados de la mano de Dios y cruzarse de brazos mientras se espera a que se mueran sin más, lo cual no es sólo instar al incumplimiento del deber de todo médico, sino que podría entenderse como un delito porque podría acelerar la muerte de un ser humano.

Desde nuestra opinión, sólo podemos expresar indignación y rabia contra esta clase política de psicópatas por tratar de esta manera indigna a los enfermos terminales porque los considera inservibles, cuando los verdaderamente inservibles son ellos y lo único que les mueve es el sucio dinero.


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